lunes, 17 de noviembre de 2008

Cambiando de vida

Cuando la mañana comenzaba, las voces de los estudiantes se oian, algunas resacosas que pedían un poco de silencio para sus pobres cabezas.
Kera y Severus dormían acurrucados, enredados entre las sabanas de la cama de este.
Severus tenia abrazada a Kera que dormía como una niña pequeña sobre su pecho. El delicado pelo de esta acariciaba el torso desnudo del profesor.
Severus se despertó sintiendo el calor del cuerpo de su alumna, acaricio los cabellos de la joven y aspiro el aroma que desprendía.
Era sábado y no tenia prisa por levantarse de aquel maravilloso sueño, se sentía a gusto consigo mismo olvidando su fría fachada de profesor mimando a su querida Kera con ternura, no quería separarse de ella, desde que la conoció aquel dia en el tren se había enamorado de ella pero tenia tanto miedo que no podía demostrar sus sentimientos.
Pero las palabras del viejo director le habían guiado.
Kera comenzó a gruñir, se estaba despertando, abrazo fuertemente a su profesor y acaricio el pecho de este con su mejilla, levanto la cabeza y miro a un sonriente Snape.
Un dulce beso y un buenos días hizo que los dos sonrieran tontamente, se sentían como dos adolescentes ninguno de los dos quería separarse del otro.
- ¿Que tal has dormido Kera?
- Muy bien, ¿y tu?
Una sonrisa por parte de Snape afirmo la maravillosa noche de ambos. Kera miro el reloj de pie de la habitación, tan solo eran las doce del medio dia, también escuchaba las voces del resto de los alumnos se notaba que muchos acababan de levantarse.
Kera se tumbo boca arriba mirando el techo con una amplia sonrisa. Snape se puso de medio lado jugando con el cabello de esta.
- ¿Te apetece que nos demos un baño juntos?
Kera giro la cabeza sonriendo y acaricio el rostro de Sev.
En silencio los dos se levantan de la cama y se dirigen al baño. Severus llena la gran bañera con agua y sales de baño con olor a jazmin, Kera cierra los ojos aspirando el delicioso olor y sintiendo un abrazo de su profesor, los vapores inundan la estancia.
La calido agua calienta los dos cuerpos, Kera se recuesta sobre el pecho de Snape mojando su cuerpo con la mano.
- Nunca pensé que seria tan feliz. Dice Kera sonriente acurrucada sobre Snape.
- Yo tampoco imagine…
Snape besa la cabeza de Kera delicadamente.

Tras el baño ambos se visten, Kera es la primera en abandonar la habitación del profesor para ir al gran salón a comer, al llegar se encuentra nuevamente con sus padres y hermana, también esta Lucius, hay un sitio reservado en la mesa de profesores para ella, junto a su hermana y las dos entre sus padres.
Una comida tranquila. Kera paso toda la tarde con sus padres pues estos viajaban de nuevo a casa con Cleo.
- Hija nos ha gustado mucho verte, ya nos han dicho que sacas muy buenas notas, esperamos que lo pases bien. Dice su padre abrazando a la niña.
Tras besos y abrazos sus padres se marchan con un traslador a casa y Kera vuelve a su rutina en la biblioteca pues aun la quedan trabajos pendientes.
- Ha sido un buen dia. Piensa Kera mientras se dirige a la biblioteca.
Ya en la biblioteca se encuentra con sus amigas y mas que estudiar se pasan lo que queda de tarde charlando como fue la fiesta de anoche.
A las 10 todos van al gran salón a cenar y después en la sala común hablando horas hasta que el sueño se apodero de ellas.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Cuando el amor llega

Kera dio un suspiro de alivio al sentir el fresco ungüento sobre sus piernas y las suaves manos de Severus masajeando y acariciando sus piernas.
Kera comenzó a sentir un leve hormigueo por su cuerpo, una sensación muy reconfortante y en cierto modo incluso placentera.
La joven no entendía muy bien que era esa sensación, quizás serian las copas que había tomado en la fiesta o simplemente el agotamiento de tanta juerga, el caso es que allí tendida en la cama de su profesor se encontraba feliz y a gusto.
Las manos de Snape recorrían los pies de Kera con cuidado extendiendo el ungüento con delicadeza por toda la superficie, Sev subió sus manos a los tobillos y comenzó a masajearlos con un poco mas de fuerza, Kera se sentía totalmente relajada y a gusto.
Poco a poco las manos de Snape fueron subiendo masajeando los gemelos de la chica con suavidad, y con perfecto saber Severus se arrodillo sobre la cama subiendo mas y mas inclinándose hacia el cuerpo de Kera.
La niña que notaba las expertas manos de su profesor iban subiendo y que él se iba acercando mas y mas a ella, Kera que al relajarse había recuperado su color de pelo marfil y sus violáceos ojos miraba con deseo a su profesor.
Efectivamente las copas de la noche habían causado que la joven se sintiera indefensa en manos de su querido profesor, Snape subió sus manos hasta los glúteos de la joven y se acerco al rostro de la niña para besarla.
Kera acepto el beso de su profesor rodeándole el cuello con los brazos, este agarro el trasero de la niña elevándolo y recostándola por completo acomodándose entre sus piernas y recostándose sobre el cuerpo de la niña sin dejar de besarla dulcemente.
Las manos de Snape se dirigieron a la camisa de la chica descamisándola y dejándola en ropa interior, los besos cada vez más profundos y apasionados hacían que la niña sintiese unas ganas terribles de atrapar al profesor y no soltarlo, Snape ni corto ni perezoso comenzó a acariciar el cuerpo de la chica con suavidad, primero los hombros, el pecho, el abdomen sus caderas…
Snape se quito el jersey negro que llevaba sintiendo la suavidad del cuerpo de su alumna, esta sentía la calidad del pecho de su profesor, acariciando su espalda delicadamente dibujando figuras con la punta de los dedos.

Poco a poco la pasión era más concentrada, y los cuerpos de los dos amantes se desenvolvían entre las sabanas a la perfección.

Kera y Snape estaban desnudos acariciándose y besándose con pasión y delicadeza.

La pasión de los dos iba acelerándose cada vez más. Los dos cuerpos enredados, las piernas entrelazadas los cuerpos bien pegados transmitiéndose calor y amor.
Severus disfrutaba mostrando su amor a Kera, y ella por su parte disfrutaba de su profesor, de sus besos, sus caricias, sus mordiscos, sus embestidas.

Comenzaba a madrugar pero los dos seguían dando muestras de afecto y cariño.
Kera comenzaba a estar agotada llevaban horas dándose amor y no podía más.
- Sev creo que deberíamos descansar un rato. Dijo Kera mientras mordisqueaba el lóbulo de su amado.
Severus se levanto del cuerpo de Kera haciéndose a un lado en la cama invitando a Kera a que descansara sobre su pecho.
Kera se volteo abrazando a Sev y en cinco minutos cayo profundamente dormida sobre él.

domingo, 12 de octubre de 2008

Halloween II

Bueno tras mi ausencia durante estos meses, ya saben las vacaciones.
Por fin traigo nuevos capitulos. Tardare en colgarlos pues debo volver a coger el ritmo que tenia antes, pero vamos que de nuevo estoy aqui con ganas de escribir.

Sin mas el nuevo capitulo.
Un saludo**


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- ¿Dónde has estado? Pensábamos que no te ibas a presentar a la fiesta. Pregunto Miranda.
- Tuve que salir a comprar el traje, y ya de paso me tome algo. Dijo sacando su traje y extendiéndolo en la cama con delicadeza.
Sus amigas miraban atónicas la belleza de aquel disfraz, era perfecto, Kera se desvistió y se coloco el vestido, realmente la quedaba perfecto.
- Bueno Kera nosotras bajamos ya. Te vemos al rato.
Kera saludo con la mano y en cuanto sus amigas abandonaron el dormitorio se encerro en el baño bajo llave y se situo frente al espejo.
- Esta noche nadie sabra quien soy, y menos estando Lucius.
De repente sus cabellos marfil cambiaron de color, y se volvieron plateados, lentamente se fueron alargando hasta llegar a mitad de la espalda, también cambio el color de sus ojos cambiando de ese violeta a un azul eléctrico y hermoso.
Y para finalizar Kera saco un antifaz plateado que cubria casi medio rostro, era un antifaz hermoso, con decoraciones en zafiros.
Salio de la habitación y camino por los pasillos del castillo haciendo ondear su vestido y cabellos al paso, bajo las escaleras que daban al gran comedor y entro en el.
Miles de miradas se giraron hacia la bella joven, y allí se encontraba la familia Malfoy, Lucius miro a la joven con gesto sorprendido, Severus que se encontraba en la mesa de profesores junto a Albus también miro a la niña clavando sus oscuros ojos en los azules de esta.
En medio del gran salón había un piano, Kera se sintió atraída por él y se dirigió olvidando al resto del mundo, comenzó a tocar una melodía oscura y profunda y de su garganta salió un grito dulce y aterrador a la vez.
Una joven que estaba también en el gran salón se acerco al piano y toco con Kera, era una joven de ojos verde esmeralda con unos cabellos rubios largos hasta por debajo de la cintura, suavemente todo la mano de Kera y juntas tocaron la aterradora melodía.
Cuando terminaron la joven de ojos verdes se acerco al oído de Kera y susurro:
- Genial disfraz hermanita, pero a mí no me la das y a papa y mama tampoco.
Cleo se alejo de Kera y volvió del lado de sus padres, mientras tanto Kera hizo como que no escucho nada y se sentó en uno de los bancos a esperar.
La música comenzó a sonar y Severus se acerco hasta Kera.
- ¿Me permite un baile señorita?
Kera miro sorprendida, ¿la habría descubierto? Asintió con la cabeza y tomo la mano de Severus comenzando a bailar al ritmo de una suave melodía, Kera apoyo su cabeza en el hombro de Sev y aspiro su perfume, la mano de Sev se deslizo por la espalda de Kera hasta su cintura rodeándola con fuerza y acercándola a él.
- ¿Pensabas que con ser una metamorfomaga me dejaría engañar? Tu perfume no cambia te reconocí nada más entrar.
Kera miro a los ojos a Sev y señalo con la cabeza hacia Lucius tras un leve suspiro. Severus no menciono mas palabras y bailo con Kera abrazándola hacia él mientras deslizaba sus manos por el cuerpo de la chica con disimulo.
Al terminar la canción Lucius se acerco hasta ellos y pidió bailar a la joven, Kera acepto ignorando la mirada de reproche de Severus y bailo con Lucius sin ningún altercado.

La noche trascurrió tranquila al parecer Lucius no había descubierto el disfraz de la joven, ya serian las 2 de la madrugada cuando los tacones de Kera empezaban a destrozarla los pies. La joven se acerco hasta donde estaban sus padres y Severus y tirando de la túnica le indico que la acompañara.
El maestro la acompaño hasta la sala que se situaba tras la mesa de los profesores y hablaron.
- Severus yo me voy a retirar ya tengo los pies destrozados. Dijo la niña quitándose los zapatos.
- Bien, te acompañare hasta tu sala común, o ¿prefieres dormir en mis aposentos?
La niña sonrio dando a entender que prefería la gran cama de Snape, el joven tomo en volandas a Kera y bajo hasta las mazmorras, abrió la puerta de los aposentos y dejo a la chica sentada en la cama.
Fue a su armario privado y saco un ungüento y se sentó al lado de Kera.
- Túmbate, te daré esto para que se te calme el dolor y se te relajen las piernas.
- Espera que me quito el vestido, es muy molesto, ¿me dejas una de tus camisas por favor?
- Eh, si claro.
Kera se quito el vestido bajo la mirada de su profesor y se acomodo la camisa de este, se tumbo en la cama y dejo que Severus relajase sus cansadas y doloridas piernas.

jueves, 24 de julio de 2008

Halloween I


La noche anterior a Halloween Kera se paso el día pensando en que disfraz ponerse, aun no había elegido nada y para colmo tampoco se la ocurría nada, cuando subió a su dormitorio sus compañeras estaban hablando de los disfraces, Kera se metió a la cama y cerro las cortinas de su dosel, realmente no la apetecía nada hablar con la gente, se tumbo boca arriba con los brazos en cruz y siguió pensando en el disfraz, solo la quedaban unas horas antes de que fuese la fiesta para encontrar que ponerse, poco a poco el sueño la iba llegando, pero su cabeza aun trabajaba a gran velocidad para elegir el dichoso traje.
Finalmente el sueño pudo con ella, poco a poco un profundo sueño fue penetrando su mente hasta que se quedo completamente dormida.
A mitad de la noche Kera tuvo un sueño:
*SUEÑO*
Kera se encontraba en un lugar maravilloso, era un hermoso lago que reflejaba la luz de la luna llena, las aguas del lago parecían de plata, y la luz de la luna una hermosa cortina de seda.
Kera se acerco al agua del lago y se sentó en la hierba dejando que las pequeñas olas bañaran los dedos de sus pies, el agua no estaba para nada fría, finalmente Kera se deshizo de su ropa y se metió en el agua u comenzó a nadar plácidamente, mas tarde comenzó a bucear por las puras y cristalinas aguas, de repente comenzó a notar que la faltaba el aire y subió velozmente a la superficie, quedando justamente en el medio del lago, alzo la cabeza y contemplo como la luz de la luna llena bañaba su rostro, y justo entonces fue cuando le vino a la cabeza de que se iba a disfrazar.
- Dama medieval. Pensó en voz alta haciendo así que se despertara de su sueño.
*FIN DEL SUEÑO*
Kera se despertó, descorrió las cortinas de su dosel y saco de su mesilla de noche un cuaderno y una pluma, se calzo y bajo veloz pero sigilosamente hasta la sala, se sentó en el suelo al lado de la chimenea donde las ultimas ascuas aun desprendían un poco de calor, entonces comenzó a dibujar un boceto de su disfraz.
Al cabo de una hora ya tenía perfectamente clara la idea de su vestido, era blanco y negro similar a los que se usaban en la edad media, la parte negra era de terciopelo y llevaba una gran capucha, el detalle que coronaba su disfraz era un antifaz plateado que cubriría su rostro haciendo así que nadie la reconociera, por suerte la capucha cubriría su pelo así que sería muy difícil reconocerla.
Kera subió de nuevo a su dormitorio y se acostó un par de horas más, descansando por fin.
A las 7 de la mañana se levanto rápido, se ducho y bajo a desayunar, no podía perder ni un solo minuto, tendría que ir a Hogsmeade a comprar su disfraz o sino quedaría en ridículo delante de todo el colegio.
Cuando llego al comedor encontró que este estaba vacío salvo por dos profesores Snape y Dumbledor, los cuales estaban sentados en sus respectivos lugares charlando tranquilamente.
- Dubronik. Saludo alegremente el director. – ¿Por qué no nos acompaña a desayunar?, hasta muy tarde no bajaran el resto de los alumnos. Siguió hablando señalando el sitio que pertenecía a McGonagall.
Kera se acerco a la mesa de los profesores y se sentó en el sitio de la profesora de transformaciones.
- ¿Cómo es que te has levantado tan pronto Kera? Pregunto Snape con asombro.
- Necesito ir a comprar el disfraz a Hogsmeade. Dijo mientras se servía el café.
- Severus, ¿no me dijiste que ibas también a Hogsmeade a recoger tu traje? Dijo Albus con una mirada alegre e inocente.
- Si así es, y si lo que estas insinuando es que acompañe a Kera, ya lo había pensado. Contesto Severus con ironía.
Kera rio por lo bajo casi atragantándose con una galleta.


Cuando hubieron terminado de desayunar Kera subió a por su boceto del traje y Severus y ella fueron hasta Hogsmeade. Primero entro Severus, ya que el solo tenía que recoger su traje y pagarlo, Kera mientras tanto espero fuera ojeando una revista, cuando Sev salió se despidieron y quedaron en el cabeza de puerco para comer y luego ir a Hogwarts.
Kera entro en la tienda y una señora vestida con una túnica muy elegante la atendió.
- Quisiera a ser posible un traje similar a este. Dijo Kera mostrándola el boceto.
- Ohh cielos, esto es una preciosidad, ¿lo has dibujado tu preciosa? Dijo sorprendida la mujer.
- Si, anoche mismo. Dijo Kera un poco atemorizada.
- Tardare un par de horas en hacerlo, pero te aseguro que quedaras hermosa.
La mujer comenzó a tomar las medidas de Kera y probó muchas de las telas que tenia, al cabo de un par de horas Kera tenía su disfraz, se acerco precavida al espejo y se sorprendió del excelente trabajo de la señora, a continuación se puso su ropa y dejo que la mujer empacara con cariño el vestido.
- ¿Te gusto como quedo el vestido, cielo? Pregunto la mujer entregándola el traje.
- Muchísimo, es usted maravillosa. Contesto Kera con gran alegría.
- Espero que disfrutes de esta mágica noche.
Las dos se despidieron y Kera ando veloz hasta el cabeza de de puerco.
Cuando llego al bar se sentó con Severus y le estuvo picando con su vestido.
- ¿Pero en serio no me lo vas a enseñar? Preguntaba el profesor.
- Claro que no, ¿Qué gracia tendría entonces?
Severus se quedo cayado y bebió de su copa a la vez que miraba de mala manera a Kera, esta sin embargo se reía y le miraba con picardía.
- Abe, ¿me podrías poner algo fresco porfa? Dijo Kera saludando al hermano del director.
- Claro muchacha. Contesto este sirviéndola una gran jarra de cerveza de mantequilla.
Estuvieron un rato charlando y picándose para saber cuál era el disfraz que llevarían a la fiesta, pero al final ninguno soltó prenda a cerca del vestido.
- Bueno ya son horas de volver al castillo, todavía faltan algunos preparativos y a demás hay que vestirse y arreglarse. Dijo Severus. – Por cierto, a Albus se le ha ocurrido le ha ocurrido la maravillosa idea de invitar a familias importantes del mundo de la magia, así que lo más seguro es que Lucius y su familia vengan, así que por favor, no salgas del gran salón a no ser que vayas acompañada de al menos dos personas.
- Tranquilo, se lo que debo hacer, además no me va a reconocer nadie. Contesto Kera con tranquilidad ante la angustia de Snape.
Cuando llegaron al castillo Kera bajo directamente a las mazmorras con su vestido y se encerró en el dormitorio con sus compañeras de habitación.

viernes, 4 de julio de 2008

El secuestro

Kera se había desmayado, cuando intento abrir los ojos noto un punzante dolor en la nuca, se intento tocar la cabeza pero pronto se dio cuenta de que estaba atada.
Kera abrió rápidamente los ojos y miro a su alrededor, estaba en una habitación muy bien decorada, antigua pero bonita, estaba en una cama con dosel, las sabanas eran blancas y de lo más normales, salvo por el olor a viejo que todo a su alrededor emanaba.
El perro-vaca, como aun seguía llamándolo la chica estaba acurrucado a los pies de la cama de esta, parecía una especie de peluche, Kera intento incorporarse pero le resulto imposible.
De repente noto que alguien se acercaba a la habitación y volvió a recostarse y a hacerse la dormida, alguien entro en la habitación y Kera entreabrió los ojos para ver quién era.
- Lucius. Pensó la chica. – Maldita rata asquerosa. Dijo para sus adentros.
Lucius se acerco a la cama donde estaba ella y se sentó en el borde, Kera noto como la miraba y pronto noto que Lucius comenzaba a acariciarla el pelo, entonces se Kera se volteo e intento empujarlo, pero Lucius fue más rápido y se levanto antes de que esta consiguiera alcanzarlo, entonces se abalanzó sobre ella y de nuevo la chica intento golpearlo a base de patadas, pero Lucius la agarro de una pierna y tiro de ella poniéndola boca arriba e inmovilizándola sentándose a horcajadas sobre ella.
- YIAAA!! Grito Kera. – ¡Suéltame me haces daño! Volvió a gritar intentando librarse de él.
- Te soltare cuando te estés quieta. Dijo apretando a la chica entre sus piernas. – Además, así de indefensa estas muy guapa. Dijo comenzando a acariciar el vientre de Kera.
- Para. Dijo Kera moviéndose violentamente. – ¿Por qué estoy aquí?
- ¿No lo sabes? Severus lleva varios días sin responder a nuestros llamados y sin dar señales de vida, y por pura precaución hemos decidido tomarte como rehén para que venga.
- Estáis locos. Severus no ha respondido porque ha estado conmigo, he estado enferma y ha estado encargándose de mí.
- Ya claro, y Merlín era un mendigo cualquiera, no me creo esa sandez. Dijo Lucius aun sobre ella acercándose cada vez más a la cara de esta.
- Lo juro, es cierto lo que te estoy diciendo y si quieres te lo puedo demostrar. Dijo Kera justo antes de que Lucius la besara. – Pero necesito que me sueltes.
- Vale, pero como intentes hacer alguna locura te matare… Dijo el hombre levantándose de encima de la muchacha y soltándola las manos.
Kera se alejo de Lucius y se quito la camiseta que llevaba puesta mostrándole a Lucius su pecho totalmente vendado.
- ¿Me crees ahora? Dijo la chica enfadada.
- ¿Qué ha sucedido? Dijo el hombre con cara de espanto al ver el pecho de la niña totalmente vendado. – ¿Te encuentras bien?
- No es nada que te importe, son cosas entre Severus, las clases y yo, y si, me encuentro bien. Dijo con un tono despectivo mientras se ponía la camiseta de nuevo. – Y ahora si no te importa regrésame a Hogsmeade.
- Puedes aparecerte tu sola, así que si quieres puedes largarte. Contesto el hombre con el mismo tono que Kera utilizo contra él. – O a caso ¿te da miedo aparecerte?
- No es eso, simplemente odio las apariciones.
Justo en ese instante Severus apareció por la puerta con la mandíbula desencajada y los ojos inyectados en sangre, parecía estar muy furioso, y no era para menos acababa de hablar con el Lord y este le había dicho que Lucius estaba con su alumna, esto desencadeno en Severus una ira horrible, ¿de qué sería capaz Lucius estando a solas con Kera?
- ¡¡Kera!! Dijo Severus abrazando con fuerza a la niña. – ¿Te encuentras bien, te ha hecho algo? Pregunto nervioso mirándola de arriba abajo.
- Tranquilo, estoy bien. Dijo acariciándole el rostro. – Pero tú, ¿estas bien, qué ha pasado con Voldemort?
- Nada, ya está todo solucionado, yo estoy bien. Dijo abrazándola de una manera demasiado cariñosa para ser Snape y besándola en la frente. – Tenía miedo de que te hubiera pasado algo. Finalizo susurrándola al oído.
- ¿Tanto miedo tienes de perderme ahora después de lo sucedido? Susurro también ella y Severus afirmo con la cabeza. – Vámonos a Hogsmeade por favor. Dijo Kera con pena.
Finalmente los dos se desaparecieron dejando a Lucius con la palabra en la boca y con una mirada de ira hacia Snape, Lucius se había encaprichado de esa chica, pero ella estaba enamorada de Severus y el se había dado cuenta, pero ahora que lo sabia iba a destruir a esa feliz pareja aunque fuese lo último que hiciera en la vida.
Lucius salió a zancadas de la habitación dando un gran portazo tras de sí.

jueves, 3 de julio de 2008

Hogsmeade y el Perro-vaca


Tras dos días en la enfermería Kera se recupero, aunque sus heridas no habían cicatrizado del todo. Se sentía mal, molesta y enfadada debido a que siempre debía llevar el pecho vendado, lo que hacia que sus curvas no se notaran tanto.
Era fin de semana y Kera había decidido ir a Hogsmeade con el resto de los alumnos, por supuesto también los profesores, aunque no todos habían decidido ir con los alumnos.
Los amigos de Kera no sabían todavía lo sucedido entre Severus y Kera, y por su parte la niña no quería que nadie lo supiese, aun asi sus compañeros sentían sospechas después de saber que Kera lo había perdonado.
- Sigo sin entenderlo Kera, ¿por qué lo has disculpado? Pregunto Kevin agarrándola de una manera posesiva. – ¿Qué tiene ese hombre que tanto te gusta?
- No lo entiendes Kevin, no es que me guste o me disguste, simplemente hablamos y se disculpo.
- Entonces eso significa que te dio lastima. Afirmo Nico.
- ¡!NO!! No me dio lastima, simplemente se sincero y me pidió perdón.
- Kera, ¿a ti te gusta Snape no es cierto? Dijo Kevin atrapándola entre sus brazos.
- Kevin, te recuerdo que tienes novia. Dijo Kera escapándose de los brazos de Kevin.
- Nico, no dejes que se nos escape. Dijo Kevin intentando agarrarla de nuevo.
- ¿Se puede saber de que demonios vais? Dijo Kera intentando huir de los dos chicos.
- Simplemente queremos saber la verdad. Dijo Kevin agarrándola y acorralándola en una pared con ayuda de Nico. – Venga dinos la verdad.
- Me dais miedo. Dijo Kera contra la pared mirando con terror a los muchachos.
- ¿Se puede saber qué esta sucediendo aquí? Dijo Snape a la espalda de los dos chicos. – Largaros y dejad en paz a Dubronik.
Los dos muchachos se fueron refunfuñando y lanzando maldiciones verbales sobre Snape. Severus indico a Kera con la cabeza que le acompañase y la chica camino al lado de su profesor.
- ¿Qué sucedia? Pregunto Snape sin mirarla.
- Nada, tan solo que están molestos por que hayamos hecho las paces, y porque sospechan que entre tu y yo haya algo. Contesto la chica al igual que el sin mirarlo.
- Comprendo, ¿quieres que comamos juntos? Dijo Snape rozandola la mano con disimulo.
- Claro. Contesto la chica acercándose a el y agarrándole de la mano.
Severus miro hacia atrás y vio que nadie estaba tras ellos y luego miro hacia adelante viendo que los alumnos ya estaban bastante adelantados, justo pasaban por un callejón cuando Snape empujo bruscamente a Kera y antes de que esta le gritase por el motivo la callo con un beso.
La chica cedió y lo abrazo dejando que Snape la poseyera por un momento.
- No sabes las ganas que tenia de besarte. Dijo Severus.
Kera le sonrio y acaricio su mejilla con cariño y delicadeza, Snape respondió a la caricia agarrando la mano de la chica y besándola con pasión. Kera se acerco y lo beso con pasión.
- Deberiamos llegar a Hogsmeade, sino sospecharan de nosotros.
Salieron con precaucion de callejón y caminaron hasta Hogsmeade, allí se despidieron hasta la hora de comer, y Kera se marcho a comprar algunos utiles que le faltaban para el curso, además de alguna ropa nueva.
Cuando llego a la tienda de ropa se encontró a sus compañeras de clase, las cuales se probaban modelitos uno detrás de otro.
- ¡¡Kera!! Grito con euforia Miranda. – ¿Dónde te habías metido? Te hemos estado esperando, pero los chicos nos dijeron que os habíais topado con Snape.
- Si, asi es, estuve hablando con Snape, por eso me he retrasado un poco. Dijo Kera intentado disculparse. – Pero bueno, ya estoy aquí, que es lo que importa.
Durante un par de horas, bastante largas para Kera, estuvieron en la misma tienda probándose los miles de modelitos que había en ella, finalmente Kera, ya aburrida y desesperada, decidió comprarse unos nuevos vaqueros muy ceñidos, y una camiseta de tirantes rosa.
Como sus amigas aun no habían saciado bastante su apetito por las compras compulsivas Kera decidió ir a dar un paseo por el pueblo hasta la hora de comer, tomo la mochila y la compra de ropa y salió a pasear.
Cuando estaba a punto de alcanzar el limite del pueblo se acordó de la tinta, las plumas y el pergamino, asi que corrió a la tienda a buscar los utiles necesarios después de las compras volvió a su paseo.
Primero camino por la zona mas pobre del pueblo, pero como no era de su agrado decidió marcharse a los terrenos exteriores del pueblo desde los cuales se veía la casa de los gritos y los campos de cultivo de los aldeanos.
Serian las 12 cuando llego a los prados, allí se sento en una gran piedra y se quedo contemplando el cielo, el cual estaba bastante encapotado siendo ya finales de octubre, Kera pensó en que dentro de poco seria Halloween y que aun no había decidido que ponerse para la fiesta, pero en fin, aun la quedaba casi una semana para decidirlo.
Luego miro la casa de los gritos y pensó que la próxima vez debía ir a ver la magnifica mansión encantada, pero bueno, todo a su debido tiempo, no tenia tiempo suficiente para las compras, la diversión y como no para estar un rato a solas y en otro ambiente con Severus.
Sus pensamientos eran bastante completos, tanto que cuando quiso darse cuenta ya eran las 2 de la tarde, en media hora debía ir al cabeza de puerco, pues es allí donde Severus y ella habían decidido quedar para comer juntos. Kera salió de su ensimismamiento, y cuando comenzó a andar para ir de nuevo al pueblo un estraño ruido proveniente del bosque capto su atención, Kera miro perpleja, se detuvo para ver que era lo que provocaba ese ruido, pero la espesura del bosque se lo impedían, asi que no corta ni perezosa, agarro sus cosas y se interno en el bosque, poco a poco la espesura hacia que la atmosfera se volviese mas oscura por momentos, pero la niña carecia de un pequeño sentido llamado cordura, no la importaba mucho lo que hubiese, era tan cotilla que el peligro la importaba poco.
Cuando llego a lo mas profundo del bosque un claro inmenso se abrió a sus ojos, y allí estaba, un pequeño animal de color azul y morado lloriqueando, la chica se acerco con cautela y contemplo al animalillo, realmente era una monada, era una especie de perro pero con el morro de vaca, tenia unos ojos grandes y verdes que la miraban con pena.
Kera sentía lastima del perro-vaca, pues asi fue como decidió llamarlo hasta saber que era realmente, poco a poco se acerco mas al animal, hasta que finalmente se arriesgo a cogerlo entre sus brazos para ver que le había sucedido, pero en cuanto hubo tomado al animal en brazos una oscuridad y un fuerte dolor de cabeza la hizieron perder la consciencia de todo lo que estaba sucediendo.

miércoles, 2 de julio de 2008

El juramento

Kera siguió llorando durante un buen rato, pero Severus no la solto en ningún momento, los dos sentados en la cama y Kera abrazada al pecho de su profesor.
- Me arrepiento de haber venido a estudiar aquí. Dijo Kera en un susurro que Severus oyo perfectamente.
-¿Tanto te arrepientes de haberte enamorado de mi? Dijo Severus separando a la niña de su pecho. – Cuándo me susurraste aquella vez entendí perfectamente lo que habías dicho.
Kera lo miro sorprendida y una lagrima resbalo por su mejilla.
- No lo entiendes, ¿qué va a pasar cuando acabe de estudiar aquí? Ya no nos volveremos a ver.
- Nunca digas nunca. Y la beso con calma, transmitiéndola una paz que nunca antes había sentido. – Te buscare allí donde sea.
Kera se abrazo fuertemente a él y dijo entre lagrimas.
- Júramelo, júrame que nunca me olvidaras y que me buscaras donde sea.
- Lo juro. Dijo cogiéndola de la mano. – Y además juro, que te casaras conmigo cuando acabes tus estudios y cuando todo lo del señor tenebroso haya acabado. La miro a los ojos fijamente y continuo diciendo. – Pero a cambio tu, me juraras amor eterno.
- Te juro que te amare hasta el fin de mis días.
Los dos se abrazaron y se besaron apasionadamente durante un largo rato. Kera sentía un fuerte calor en el pecho, y por su parte Snape, sentía en su interior unos sentimientos que solo Lily le había hecho sentir, pero por primera vez en tantos años se sentía libre, había encontrado a la mujer de sus sueños, y ahora no la iba a dejar escapar.
- Gracias Lily por enseñarme a amar. Penso mientras sentía el calor de su amada.
Pronto se oyo la llave en la puerta, Kera golpeo a Severus tirándolo de la cama y se recostó tapándose hasta el cuello y haciéndose la dormida.
Severus gruño por culpa del golpe recibido al caer de la cama, se sento en la silla y de nuevo se retiro la túnica haciéndose el preocupado por la niña.
Madame Pomfrey entro cargada con una bandeja con comida para la niña y el profesor.
- ¿Se ha despertado? Pregunto la enfermera a Snape.
El hombre afirmo con la cabeza y la enfermera se acerco dejando la bandeja en la mesilla de noche.
- Os dejare a solas, espero que cenen bien. Dijo la mujer mirando a la niña.
- Gracias Popy, por cierto, ¿te importa que esta noche me quede a dormir aquí para vigilarla?
- No, claro que no me importa. Dijo dándole las llaves de la enfermería. – Yo me retirare a descansar, por favor cierra la puerta cuando te acuestes.
- Lo hare. Dijo Snape con una pequeña reverencia.
Madame Pomfrey se retiro y Severus se levanto a cerrar con llave la puerta.

lunes, 23 de junio de 2008

En la enfermeria

Severus permanecía en su despacho, estaba molesto y enfadado consigo mismo, ¿cómo podía haber hecho semejante barbaridad a la mujer que más quería?, sin embargo no se atrevía a ir a la enfermería por temor a las represalias del director.
Snape estaba ausente, mirando a la nada, pensando el daño que había hecho y en el lio en el que se había metido, de repente llamaron a la puerta, pero Severus estaba tan concentrado en sus pensamientos que no oyó el llamado.
Albus entro con cuidado y vio a Severus con la mirada perdida y con cierta angustia además de un gran enojo.
- Severus, ¿te encuentras bien? Pregunto Albus.
- ¿Qué, cómo? Contesto Snape sorprendido. – Perdona, no te he oído entrar.
- Lo sé, estas demasiado ocupado en pensar lo que has hecho, que no te importa nada que este fuera de ella. Dijo el director mirando al muchacho con lastima.
- Yo… Siento mucho lo que ha sucedido. Dijo Snape con angustia. – En serio, no era mi intención causar tal lio, perdí los estribos. Siguió hablando hasta que comenzaron a brotarle lágrimas.
- Severus, no llores. Dijo Albus acercándose a él para calmarlo y darle ánimos.
- Pero, ¿ella está bien, esta fuera de peligro? Dijo mirando con dolor y lagrimas al viejo hombre.
- Si, está bien. Dijo golpeando con cariño el hombro del joven. – Deberías ir a verla.
- Pero… Seguro que no me quiere ver. Dijo con frustración. – Seguramente ahora me odie y no quiera saber nada más de mí.
- Severus, si de verdad tú la quieres y ella te quiere a ti… Dijo Albus mirando seriamente a Snape. – Estoy seguro de que acabareis arreglándolo.

Severus no se despidió del director y salió corriendo del despacho, corría lo más rápido que podía, lo único que tenía en la cabeza era pedir perdón a Kera y por fin decir lo que sentía por ella.
Cuando llego a la puerta de la enfermería, respiro hondo y se armo de valor para entrar. Y allí estaba ella, tumbada en una cama con los ojos cerrados, seguramente se habría dormido.
- Acaba de dormirse. Dijo la enfermera. – Os dejare a solas, cerrare con llave para que nadie os moleste. Continúo diciendo al profesor. – Volveré para traer la cena, también traeré para usted, no se preocupe por nada.
La señora Pomfrey salió de la enfermería cerrando con llave, Severus se quedo de pie en medio de la enfermería, no se atrevía a acercarse a ella, por primera vez en su vida estaba aterrorizado, pero en el fondo necesitaba hablar con ella.
Poco a poco se fue acercando a la cama de la chica, iba lento, con precaución, no quería despertarla y que esta se sobresaltase, quería poder calmarla.
Se sentó a lado de la cama y acaricio el pelo de la niña hasta llegar a la mejilla de la muchacha, esta se removió y abrió lentamente los ojos.
- ¿Sev, eres tú? Pregunto con una voz ronca.
- Lo, yo, lo, lo siento mucho, perdona lo que he hecho, no…
Kera lo silencio con su mano, y Severus sintió un escalofrió en cuanto los dedos de la niña rozaron sus labios, necesitaba besarla, decirla que la amaba, que quería estar con ella y que nada le importaba más que ella.
- No hace falta que te disculpes. Dijo Kera incorporándose en la cama. – Fue culpa mía, además, se que estas arrepentido de lo que ha sucedido.
Severus comenzó a llorar en silencio, Kera se sorprendió y le sonrió con dulzura.
- Sev ¿tanto te cuesta mostrar tus sentimientos? Dijo la chica acariciándole la mejilla.
Snape, no aguantaba más, se acerco con precaución a Kera, tomo el rostro de la chica con las manos y el beso con mucha dulzura, Kera se aferro al cuello de su profesor y le devolvió el beso.
- Kera, te amo, te amo mucho. Dijo avergonzado. – Siento no habértelo dicho antes, pero hacía mucho tiempo que no sentía esto y tenía miedo.
- Shh, no hables ahora, yo también te quiero.
Los dos volvieron a besarse, Severus se quito la túnica y se sentó en el borde de la cama, Kera se tumbo invitando al profesor a que la acompañara.
Severus estaba excitado, necesitaba tenerla entre sus brazos, y lentamente se recostó sobre la chica, ella acaricio su cara bajando hasta el pecho, cada vez que las manos de la chica lo rozaban se volvía como loco.
- No, no me malinterpretes, pero no quiero hacer algo de lo que luego me arrepienta. Dijo Severus sin atreverse a acariciar a la chica.
- ¿Te arrepentirías de expresarme tu sentimientos? Dijo Kera.
- No. Contesto Severus con seriedad. – Me arrepentiría de acostarme contigo y que luego las cosas no fueran bien y que tú te arrepintieras de acostarte conmigo.
- Si yo me fuera a arrepentir no te habría dejado que me besaras y no te habría incitado a que te recostaras sobre mí. Dijo Kera desabrochado los botones superiores de la camisa de su profesor. – Sev, quiero que suceda, quiero sentirte dentro de mí. Dijo besándole en el cuello.
Severus sintió tan profundo el beso de su alumna que no pudo resistirse, la tomo por la cintura y coló su mano por la camiseta que llevaba.
- Espero que no te arrepientas, porque cuando empiece no voy a parar hasta quedarme satisfecho y me va a dar igual que llores o grites, si hace falta te amordazare, pero no me voy a detener hasta llenarte de mí. Dijo Severus tomándola posesivamente y acercando el cuerpo de la chica hacia él.
La niña trago saliva y Severus se abalanzo sobre ella, quitándola con furia la camiseta y besándola con pasión todo el cuerpo.
En el fondo Kera estaba asustada, aunque también excitada. Lo que Snape no sabía era que Kera era virgen, pero Kera tampoco se atrevía a decírselo.
Severus estaba muy bruto y brusco y no tardo en demostrarlo, antes de que Kera se diese cuenta Sev ya la había quitado el sujetador.
Besaba con delicadeza los pechos de la chica, y está cada vez que los labios de Snape la rozaban sentía un fuerte calor. Severus se quito los zapatos y la camisa y se coloco encima de Kera, esta se sorprendió y comenzó a temblar ligeramente, Severus lo noto, pero ya no había vuelta atrás, ya se lo había advertido y ella no lo había detenido. Con un poco de dificultad se quito los pantalones y comenzó a besar el vientre de la niña, de nuevo subió a su boca y recostó su cuerpo entre las piernas de Kera, en cuanto Severus se tumbo sobre ella esta dio una pequeña sacudida, notaba la erección de su profesor y el calor que esta desprendía.
- ¿Qué sucede? ¿Tienes miedo o te arrepientes? Dijo acariciándola. – ¿O son ambas?
- No, no es, no es nada, es solo que… bueno da igual. Tartamudeo esta.
- ¿Y pretendes que me lo crea? Dijo mirándola con unos ojos amenazadores a la vez que acercaba sus manos a las braguitas de la chica. – ¿Qué pasa, tienes miedo? Dijo de nuevo acercando su boca a la entrepierna de la chica y comenzando a bajar las braguitas.
- Para, por favor para. Dijo asustada.
- Te he dicho antes que no iba a atender a tus suplicas.
Quito las braguitas a la niña y acaricio con dulzura, acerco su boca y la beso con mucho cariño.
- No, por favor no, lo digo en serio. Dijo tapándose con las manos.
- Quita las manos Kera. Dijo agarrando las manos de la muchacha con una mano y con la otra comenzando a acariciar con más ímpetu.
Kera se removió y Severus se levanto arrastrándola con fuerza, se sentó con las piernas abiertas detrás de Kera e inmovilizándola las manos a la espalda, comenzó entonces a masturbar a la muchacha, esta se removió pero Sev la tenia bien atrapada, Kera comenzó a llorar, pero Severus no la escuchaba, comenzó a besarla en el cuello y a acariciarla el pecho a la vez que la masturbaba con delicadeza pero profundidad, hasta que se dio cuenta de las reacciones de la niña, entonces se paró en seco y soltó a la chica, se levanto y se sentó frente a ella.
- ¿Por qué no me habías dicho que eras virgen? Dijo acercándola la ropa.
- Me daba vergüenza. Dijo llorando y tapándose. – Pensé que si te lo decía no querrías estar conmigo.
- ¿Eres tonta o qué? Yo no pretendo acostarme contigo a la fuerza, quiero que tu también quieras, no quiero que te veas obligada a satisfacerme. Dijo abrazándola y besándola en la frente.
Kera comenzó a llorar más y se abalanzo cobre Snape, comenzó a abrazarlo con fuerza y a besarlo con euforia.
- Gracias por entenderlo. Dijo besándolo con cariño.
- No te preocupes. Dijo con calma y luego gruño.
- ¿Y ahora qué pasa? Dijo mirándole con intriga.
- Nada, no te preocupes. Dijo mirándose la entrepierna.
- Ah, es por eso, ¿puedo hacer algo para ayudarte? Dijo inocentemente y ruborizada.
- Pero que mojigata puedes llegar a ser. Dijo dándola un pequeño golpe en la cabeza. – Esto solo baja con sexo. Dijo medio enfadado medio cómico.
Kera se sonrojo de tal manera que hasta su cuello y hombros cambiaron de color. Severus se acerco a su oído y la susurro algo que hizo que aun se sonrojara más.
- Mas adelante harás que no me pasen estas cosas, estoy seguro de que vas a saber satisfacerme, aunque no te negare que me habría gustado que me hicieras un pequeño favor.
Los dos se rieron y después de eso se vistieron, hasta diez minutos más tarde Severus no consiguió que su erección descendiera.
Kera volvió a tumbarse, la dolía un poco el pecho, y es que las heridas que tenía en el pecho por culpa de la maldición no tenían buena pinta.
- ¿Quieres qué te haga una cura? Dijo Desabrochando los primeros botones de una camisa que habían encontrado a los pies de la cama.
- ¿Qué haces? Dijo golpeando las manos de Snape.
- Mirar las heridas para curarlas, ¿qué pasa? Dijo mirándola fijamente. – Antes te he desnudado y no has puesto trabas y ahora te vergüenza, ¿o qué?
Kera no dijo nada, tan solo se molesto con lo que Snape había dicho, se recostó hacia un lado y se tapo hasta el cuello.
Severus rio por lo bajo, se acerco a la cama y se tumbo al lado de Kera susurrándola al oído.
- ¿Tanta vergüenza te da, el que te vea desnuda? Dijo acariciándola la cintura. – Acabo de verte desnuda, te he besado y tocado.
- Vete. Dijo la niña con una voz llorosa.
- No me voy. Sentencio enfadado el profesor. – He venido a disculparme, y me encuentro que por poco te acuestas conmigo y ahora te da pánico que te desabroche unos botones para curarte unas heridas. No hay quien os entienda a las mujeres.
Finalmente se levanto, fue al despacho de la señora Pomfrey y cogió la poción y los ungüentos para currar a Kera. La niña volvió a negarse y Snape se vio obligado a ponerla boca arriba a la fuerza.
- Por Merlín, Kera compórtate. Dijo colocándose sobre la muchacha y agarrando las muñecas de la niña. – Te doy dos opciones, por las buenas, te desabrocho la camisa y te curo, o por las malas utilizo mi varita y te inmovilizo. ¿Qué eliges?
La chica miro con resignación y dejo de removerse, Severus aprovecho su victoria y no solo desabrocho un par de botones, destapo por completo el torso de la chica, Kera sentía vergüenza, tanta que no se atrevía a mirar a su profesor.
- Puedes mirarme, no muerdo, bueno depende de la situación. Dijo con sarcasmo.
Kera lo miro enfadada, frustrada y resignada. Pero finalmente dejo que las expertas manos de su profesor curaran sus heridas, finalmente Severus incorporo a la chica y la vendo el pecho.
- Bueno de esta manera las heridas no se abrirán, aunque apenas se te va a notar el pecho. La chica gruño y derramó una lágrima. – Míralo de la manera positiva… pero no termino la frase porque Kera encolerizo rápidamente.
- ¡¡¿¿PARTE POSITIVA DICES??!! DIME UNA MALDITA COSA POSITIVA DE TODO ESTO. Dijo con rabia a la vez que intentaba pegar a Snape.
- QUIERES QUE TE DIGA LO POSITIVO DE ESTO. Grito también agarrando con fuerza las muñecas de la chica. – QUE POR UNA MALDITA VEZ EN LA VIDA HE DICHO LO QUE SENTIA.
Severus se levanto ofuscado y de mal humor, se dirigió con rabia hacia la puerta, pero justo cuando se disponía a abrir la puerta alguien lo agarro con fuerza apoyando unas dulces manos sobre su pecho.
Severus se volteo y vio a Kera llorando desconsolada, la cogió en brazos y la tumbo en la cama.
- No hace falta que digas nada

jueves, 12 de junio de 2008

Un mal día


Tras el encuentro con Voldemort no volvieron a tener noticias ni de Lucius ni de Voldemort, Kera por fin se instalo en su sala común junto a Sen, Miranda, Yuma y Aura, las cinco chicas fueron haciendo una amistad muy fuerte y Kera comenzó a ser menos fría de lo que era antes.
Realmente los Slytherin no eran tan malos como los pintaba su hermana ni como decía el resto de Hogwarts.
El invierno comenzaba a entrar, eran mediados de octubre y se notaba el frio en las mazmorras, era la parte más fría del castillo junto con los invernaderos, las clases de pociones se hacían eternas incluso para Kera.
Normalmente, las ultimas horas de clase habían sido sustituidas por las de pociones, así que siempre después de comer bajaban rápidamente para no llegar tarde a clase, Kera comenzaba a odiar esas dos horas tan intensas en las que, una de dos o se morían de frío o por el contrario se asfixiaban del calor producido por las llamas que calentaba y hervían las pociones.

Kera se aburría soberanamente en las clases pues tenía más que aprendidas las lecciones, así que de vez en cuando se las apañaba para reventar los calderos de los demás alumnos de Gryffindor lanzando desde su sitio algún ingrediente que no iba bien con la poción, Severus siempre acababa castigando a los Gryffindor hasta que un día Kera metió la mata al lanzar uno de los ingredientes y fue a parar al caldero de un alumno que estaba revisando Snape, como no el caldero reventó y la poción baño al profesor por completo, este se giro hacia Kera y la grito de una manera que habría sido mejor meterse en el caldero y ahogarse.
- ¡¡¡DUBRONICK, ESTA ME LA VA A PAGAR Y CON CRECES, VOY A HACER QUE LAMENTE SUS MALDITAS BROMITAS HASTA QUE ACABE LOS DOS AÑOS QUE ESTUDIE AQUÍ!!! Grito Snape poniéndose rojo de ira, y empezando a hincharse le la cara. – ¡¡¡BUSQUE INMEDIATAMENTE UN ANTIDOTO PARA ESTO O HARE QUE SU CUERPO PAREZCA UN CAMPO DE HARADO DESPUES DE LAS MALDICIONES QUE LE LANCE!!!
Kera corrió velozmente con la cara roja y lagrimas cayéndola por el rostro, fue corriendo hasta el almacén privado de Snape y recogió una pequeña piedra. Después volvió al aula donde los alumnos permanecían en pie y callados, Kera se acerco hasta el profesor y le dio la piedra.
El profesor se metió el bezoar en la boca y al poco recupero la normalidad en el rostro.
- Veo que por lo menos sirve para algo. Dijo abofeteándola con brutalidad y haciendo que la chica se golpease contra la mesa de uno de los alumnos. – Levántese inmediatamente y póngase frente a mí. La niña se coloco delante del profesor tapándose con la mano la bofetada que había recibido. – ¡¡SECTUSEMPRA!!
Kera recibió la maldición directamente en el pecho y cayendo al suelo con varias heridas que tenían muy mala pinta. Severus sin embargo no se arrepintió de su acto, siguió con la varita en mano de una forma amenazadora. De repente un alumno corrió hacia el profesor haciéndole un placaje y consiguiendo que la varita de este volara y fuera a caer a manos de otro alumno.
Las compañeras de Kera corrieron a socorrer a su amiga la cual yacía en el suelo llorando y gimiendo de dolor y además sangrando por las heridas.
Severus se levanto y los alumnos se interpusieron entre las chicas y el profesor.
- ¿A caso todos desean corres la misma suerte que esa niña estúpida? Dijo el profesor mirando al muchacho que lo había golpeado.
- No es eso señor, pero creo que Dubronik ha recibido su escarmiento. Dijo el muchacho.
- ¿Realmente cree eso señor Rusell? El muchacho afirmo con la cabeza y pánico en la mirada. – Vale, llévense a esa estúpida donde no pueda verla, de lo contrario… Y no terminó la frase se giro al alumno que poseía su varita y gruño. – Deme mi varita señor Lux.
- No hasta que Dubronick no esté fuera de su alcance.
El chico Rusell se acerco a Kera y la tomo en brazos, saliendo del aula escoltado por las cuatro muchachas.
- Tome su varita. Dijo Lux lanzándosela al profesor y corriendo tras los muchachos que seguían a Kera.

- Rápido Nico debemos llevarla a la enfermería. Dijo Yuma con lágrimas en los ojos.
- ¿Y cómo se lo explicamos a Pomfrey? Dijo una voz al fondo.
- ¿¡Kevin!? Dijo Sen abrazándole. – Gracias por hacernos ganar tiempo.
- Kevin tiene razón, no podemos llevarla en este estado a la enfermería, sospecharían algo. Dijo Miranda temblando.
- Creo que deberíamos hablar con el director. Dijo Nico Rusell con Kera en sus brazos.
- Pero, ¿y qué dirá el director? Pregunto Kevin Lux acercándose a la chica y mirándola con pena.
- Ahora eso da igual. Tenemos que ayudarla. Dijo Sen llorando.

Los seis chicos corrieron con Kera en brazos hasta el despacho de Dumbledore.
- Tenemos que hablar con el director urgentemente, ella está muy mal. Dijo Nico hablándole a la gárgola.
- Adelante. Contesto la gárgola y dejo ver las escaleras que daban al despacho del director.
- Señor tenemos que hablar con usted es muy urgente. Dijo Nico mientras Kevin golpeaba a la puerta.
- Pasad. Dijo la voz del director tras la puerta.
Kevin abrió la puerta y dejo que Nico y las chicas pasasen, en cuanto Dumbledore vio a Kera entre los brazos del joven abandono su silla y les indico que la tumbaran en un sofá.
- ¿Qué ha sucedido? Pregunto el director acariciando la frente de la muchacha.
- Kera intento gastar una broma en clase de pociones, la cosa salió mal y Snape se enfado. Dijo Kevin intentando contenerse. – Primero la abofeteo y después…
- ¿Y después qué? Pregunto nervioso el hombre,
- Después, lanzo una maldición contra ella, sino llega a ser por el señor Rusell habría acabado con ella.
El director miro a las niñas que se abrazaban y lloraban en silencio, mientras que los dos chicos permanecían de pie cada uno al lado del director.
- ¿Por qué no la llevaron a la enfermería?
- Pensamos que quizá la gente sospecharía, entonces Snape se enfadaría más con ella y decidimos recurrir a usted. Dijo Kevin.
- Me parece buena idea, pero yo no puedo hacer mucho, les acompañare a la enfermería y hablare con la señora Pomfrey.
Esta vez Kevin tomo en brazos a Kera, caminaron tras el director y cuando llegaron a la enfermería esperaron impacientemente hasta que Madame Pomfrey les hecho de la enfermería y cerró la puerta con llave quedándose dentro Kera, el director y ella.
Los chicos decidieron volver a la sala común, al fin y al cabo ellos habían hecho más de lo que podían, caminaron cabizbajos durante un rato hasta llegar a las escaleras de caracol que conducían a las mazmorras.
Cuando se encontraban cerca del aula de pociones redujeron el paso para hacer el menor ruido posible para que Snape no les sintiese.
- ¿Se puede saber a dónde van con tanta precaución? Pregunto Snape desde la puerta entreabierta.
Los chicos se pararon en seco y Snape los “invito” a entrar en el aula.
- ¿Dónde está Dubronik? Pregunto amenazante a los dos hombres.
- No se lo diremos. Dijo Kevin dando un paso hacia atrás. – Si usted lo sabe ira a por ella de nuevo.
- ¿Piensa eso realmente? Camino veloz hasta los chicos mirándolos con furia. – Esta es la última vez que lo pregunto, ¿dónde está?
- En la enfermería, con el director. Dijo Sen enfadada. – Vámonos chicos, paso de estar aquí.
Los chicos no dudaron un momento y salieron del aula hasta llegar a su sala común.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Conociendo al Lord

Kera se sintió un poco mareada, pues no la gustaba nada aparecerse, y aun habiendo aprobado el examen de apariciones, nunca antes se había aparecido.
Severus la tomo de la mano y la dirigió hasta una enorme y lúgubre mansión, caminaron por la casa hasta que llegaron a una habitación que parecía ser la más grande de la casa.
- Ahora no hables y no te separes de mí. Dijo serio echando su brazo sobre los hombros de la niña.
Juntos entraron, Kera ando con la cabeza agachada.
- Mi señor, ¿me había llamado? Dijo Snape reverenciando con la cabeza.
- Severus, mi querido Severus. Dijo una voz siseante, Kera no se atrevió a levantar la cabeza. – ¿Quién es esa chica?
- Mi mujer. Dijo balanceando a Kera para que reaccionase.
- ¿Cómo te llamas preciosa? Pregunto la voz siseante y Kera elevo la cabeza.
Miro al hombre y se sorprendió, era un hombre de tez muy pálida, con unos ojos rojos muy poderosos y en vez de nariz tenía dos rendijas.
- Me llamo Kera Dubronik, señor. Dijo e hizo una reverencia.
- Es muy hermosa Severus. Dijo el hombre con una media sonrisa que más parecía una mueca. – Señorita, necesito hablar con Severus, ¿nos permite hablar en privado?
- Kera, espera en el pasillo, y no te muevas de ahí. La chica afirmo con la cabeza y salió al pasillo.
Se apoyo contra la pared y echo la cabeza hacia atrás, respirando profundamente, se envolvió completamente en la capa de Snape pues en esa casa hacia mucho frio. Estaba nerviosa y asustada, realmente no había sido buena idea pedirle a Severus que la trajera con él.
Kera cerró los ojos y comenzó a pensar en todo lo que había ocurrido, de repente noto la presencia de alguien cerca suyo, abrió los ojos y saco su varita, sin darse cuenta se encontró retenida contra la pared y además alguien la había tapado la boca, cuando sus ojos se acostumbraron vio a la persona que la retenía.
- ¡Lucius! Pensó la chica. – Mierda, esto no puede ir peor.
- ¿Qué haces aquí? Dijo Lucius besándola en el cuello y acercando su cuerpo al de ella.
- ¡¡SEVERUS!! Grito Kera y de la puerta salieron Severus y el Señor Tenebroso.
- Lucius apártate de ella. Dijo el Señor Tenebroso amenazándole con la varita.
Kera se aparto de Malfoy y se acerco al Señor Tenebroso, el cual había alargado su mano invitándola a acercarse a él. El Señor Tenebroso la abrazo contra su pecho agarrando con fuerza la cabeza de la chica contra su pecho.
- ¡CRUCIO! Grito el hombre y Lucius comenzó a gritar.
Kera intento mirar que es lo que había pasado, pero el hombre apretaba la cabeza de esta cada vez que ella se movía.
- Severus, llévatelo de aquí, yo me encargo de la chica.
Severus elevo el cuerpo de Lucius y camino por el pasillo fundiéndose entre las sombras, El hombre acompaño a Kera hasta la habitación donde se habían conocido y la invito a sentarse en un hermoso sillón de cuero verde oscuro y negro.
- ¿Te encuentras bien? La niña asintió aun asustada. – Antes no me he presentado, puedes llamarme Voldemort, aunque nadie lo hace.
- Lo sé, señor. Voldemort la miro extrañado.
Durante un rato ambos se quedaron callados y mirándose vergonzosamente el uno al otro.
- ¿Sabias qué podrías pasar por una Malfoy tranquilamente? Dijo Voldemort acercándose a la chica y tocándola el cabello. – Si no fuera por tus ojos habría pensado que eras una Malfoy.
- Lo sé señor, cuando fue la celebración de bienvenida en Hogwarts todos los alumnos susurraron el apellido Malfoy. Dijo la chica tímidamente.
- ¿No te gustaría unirte a los mortífagos? Serias una perfecta aliada. Dijo mirándola fijamente. – ¿Sabes el significado de tus ojos? La niña hizo una mueca de incomprensión. – Muy pocos magos tienen los ojos de colores diferente, solo aquellos muy poderosos heredan los colores increíbles en los ojos. La chica seguía mirando perpleja. – Así sin más, mis ojos rojos indican mi poder, y los tuyos una larga extirpe de magos de pura raza y poder.
- Nunca nadie me había contado esa historia. Dijo palpándose los parpados.
De repente la puerta se abrió y Severus entro, se quedo mirando la escena de ambos hablando y por un momento no entendió lo que pasaba, lo único que pensó fue que su señor también se había encaprichado de ella.
- Severus. Dijo el Lord alegremente. – Comentaba a Kera el significado de sus ojos, y la invitaba a unirse a nosotros, pero aun no ha contestado.
Severus miro sin dar crédito a las palabras de su señor a Kera, esta se sonrojo y agacho la cabeza.
- Venga Severus no intimides tanto a la pobre muchacha. Comento el Lord. – Bueno creo que va siendo hora de que volváis a Hogwarts, ya terminaremos de hablar Severus. Dijo despidiéndose se la chica. – Espero volver a verte Kera.
- Igualmente, y mucho gusto. Dijo cogiendo la mano de Severus.
- Cuando me necesite señor, llámeme. Dijo Snape mirando a Kera.
- Lo hare, cuida de Kera.

La pareja salió de la casa y se alejaron para desaparecerse y regresar a Hogwarts, durante el camino ninguno hablo, la niña abrazo con fuerza a Snape y se fueron de nuevo al colegio.

martes, 27 de mayo de 2008

La marca tenebrosa

Severus tomo en brazos a la niña y la llevo hasta sus aposentos, allí y muy a su pesar desnudo a la chica y la puso la primera camisa suya que encontró, la metió en la cama y se acostó a su lado sin dejar de abrazarla.
Durante toda la noche Kera estuvo soñando y teniendo pesadillas, Severus fue incapaz de dormirse hasta que decidió coger una poción para dormir sin soñar, despertó con delicadeza a la niña y la ofreció la poción.
- Pero, ¿por qué…? Severus la silencio con un dedo sobre sus labios.
A continuación Kera se incorporo en la cama y miro al profesor, este también se sentó, tomo la poción y beso a Kera haciendo que esta bebiese la poción de la boca de él. Kera se quedo perpleja y al cabo de unos minutos se desvaneció en los brazos de Snape.
Snape, no podía dejar de mirar el cuerpo de Kera una y otra vez, sentía unas ganas horribles de poseerla esa misma noche y mas teniéndola en su cama de una manera tan indefensa.
Finalmente se recostó de lado mirando a la chica, la destapo y comenzó a acariciar su cuerpo, primero sus piernas y subiendo poco a poco a los muslos de la chica, luego fue subiendo hacia el vientre de esta, desabrocho la camisa y acaricio su vientre hasta llegar al pecho de esta, observo como subía y bajaba a son de la respiración de la niña, acerco su cara al pecho de su alumna y comenzó a besar sus pechos y a lamerlos.
La niña se movió un poco y Severus se detuvo, volvió a abrochar la camisa y bajo su mano hasta las zonas íntimas de la niña, introdujo la mano bajo su braguita y la acaricio. Saco la mano y miro a la chica, de nuevo la arropo y finalmente la beso delicada pero profundamente en los labios, consiguiendo introducir su lengua en la boca de la niña, jugueteó un rato acariciando con ternura la lengua le la chica con la suya, de repente noto un brazo en su cintura.
Kera se había despertado y le respondía al beso.
Severus se aparto y la miro, Kera abrió los ojos y le dijo:
- ¿Por qué has esperado a quedarme dormida para acariciarme y besarme?
Severus se sonrojo, y miro a la chica, pronunciando con un leve susurro un “no lo sé”.
- Duérmete. Dijo acariciando la frente de la niña, y en cuanto sus dedos tocaron la piel de la chica esta volvió a caer en un profundo sueño.
Severus también se quedo dormido con la cabeza de la chica sobre su pecho y su mano en su cintura.
Cuando empezaba a amanecer Severus noto un fuerte ardor en el brazo que hizo que se convulsionara y despertara a la chica, la cual miro extrañada al profesor.
Severus la aparto de su lado y se sentó en la cama intentando desperezarse.
- Kera me tengo que ir. Dijo el profesor preocupado.
- ¿Es la marca? Dijo abrazando por la espalda a Severus. – Llévame contigo.
Severus giro la cabeza y miro fijamente a los ojos de la muchacha.
- ¿Estás loca, cómo te voy a llevar ante el Señor Tenebroso? Dijo agarrándola por los hombros.
Kera lo miraba con ternura haciendo que Snape se pensara lo de llevarla con ella.
- Vale, te llevare, pero júrame que no te separaras de mi. Dijo besándola en la frente.
Kera afirmo con la cabeza, mientras tanto Severus se puso su túnica y lanzo la falda vaquera a Kera además de una capa de viaje suya.
La chica se vistió velozmente aun llevando la camisa del profesor, se envolvió en la capa que este la había prestado y juntos salieron hasta los límites del bosque para desaparecerse.
- Yo nos llevare, abrázate a mí y no te sueltes. Dijo Snape extendiendo los brazos y abrazándola fuertemente contra su pecho.

lunes, 26 de mayo de 2008

Corazón lastimado

Kera llego al despacho de Snape y se encontró al hombre destrozando las cosas de su despacho, sus ojos parecían más negros de costumbre, estaba realmente enojado.
- ¿Se puede saber dónde demonios has estado? Dijo acercándose amenazadora y velozmente hacia la chica, haciendo que esta se golpease contra la puerta cerrándola de golpe.
Severus la acorralo en la puerta poniendo sus manos contra la puerta al lado de la cabeza de la niña. Tras unos segundo así bajo la mano y cerro con llave la puerta, tirando la llave al fuego de la chimenea.
- Contesta ¿dónde has estado? Dijo con enojo y mirando a la chica con furia.
- Tan solo, tan solo, salí a dar un, un paseo. Dijo la chica tartamudeando y temblando.
- No me mientas, estúpida, se que has ido con Lucius. Dijo agarrándola de los cuellos de la camisa y zarandeándola.
- ¡NO, NO! ¡ESO NO ES, ESO NO ES CIERTO! Gritaba la niña asustada.
- ¡ESTUPIDA! Grito Severus abofeteando a Kera y tirándola a suelo, se dio la vuelta y camino hacia las estanterías golpeando con fuerza y tirando las cosas al suelo. - ¡CREES QUE SOY LO BASTANTE IDIOTA PARA TRAGARME TUS MENTIRAS! Grito acercándose a la chica y atrapándola entre sus piernas contra el suelo, luego agarro las manos de la niña y la inmovilizo dejando sus manos por encima de su cabeza. - ¿Qué has estado haciendo con él? Dijo remarcando cada palabra, esta vez sin gritar pero apretando las muñecas de la muchacha.
- Nada, no he hecho nada. Dijo con lágrimas en los ojos. – Su, suéltame, por, por favor me haces daño. Continúo diciendo comenzando a llorar.
Snape se levanto de encima de la chica, se quedo quieto mirándola con enfado.
- Ponte en pie. Dijo con seriedad.
La niña se puso en pie con dificultad, estaba temblando y tenía un miedo horrible al pensar que era capaz de hacerle el profesor.
- Legeremens. Dijo Snape apuntando con la varita a la niña.
Pronto todas las cosas que Kera guardaba en la mente salieron a flote, Snape disfruto bastante viendo los recuerdo de la muchacha, hasta que de repente apareció la imagen de Lucius, Snape frunció el ceño, siguió viendo el recuerdo de su alumna, hasta que vio el beso que Lucius le dio a Kera, Snape estaba muy enfurecido, sin embargo no dejo de hurgar en la mente de la chica hasta que el recuerdo de Lucius termino.
Cuando rompió el hechizo miro a Kera con odio y desprecio, la chica estaba llorando, sin entender muy bien lo que había sucedido.
Snape se acerco a ella y la empujo contra la mesa para de nuevo acorralarla, Kera no se inmuto y se dejo acorralar, seguía llorando tapándose la cara con ambas manos.
Severus la miro con más odio aun y aparto las manos de la cara de la muchacha, apresándola las manos tras la espalda con una sola mano.
- ¿Deseas que yo te haga lo mismo que Lucius? Pregunto con una voz lasciva, a la vez que acercaba su cuerpo al de la chica y acariciaba la pierna de la chica bajo la falda. – Responde. Dijo al oído de la chica con la misma voz.
- No, no por favor. Dijo la chica temblando y llorando.
- ¿Por qué no? Dijo comenzando a besar su cuello y a acercarse a las zonas intimas de la chica. – ¿Es qué te gusta más como lo hace él, que cómo te lo hago yo? Dijo parándose en su zona intima y sintiendo el temblor de la chica.
- Lo, lo siento mucho, yo no, yo no quería que eso pasase, no, no sabía que él estaba casado, no, no... Kera no puedo terminar ya que su profesor la tapo la boca y negó con la cabeza a la vez que repetía “no” una y otra vez.
Severus se aparto de Kera y se quedo mirándola con pena y algo de desprecio, ella volvió a taparse la cara y a llorar con más fuerza a la vez que se derrumbaba en el suelo de rodillas.
- Deja de llorar, Kera. Dijo agachándose y abrazándola.
Kera respondió al abrazo y se tiro al cuello del profesor llorando con más intensidad.
Severus acaricio el cabello se la chica y la ayudo a levantarse del suelo, después la llevo hasta el sofá que había delante de la chimenea y se sentó a su lado.
- Severus, perdóname. Lloro en el pecho del profesor.
Severus se levanto y la invito a recostarse en el sofá, ella seguía llorando, él mientras tanto preparo dos tazas de té y busco una poción para calmar a la niña.
- Kera, bébete esto. Dijo ofreciéndola la poción.
- No, no quiero.
- Kera, no me obligues a darte la poción a la fuerza. Dijo atrapándola de nuevo entre sus pierna y ofreciéndola otra ve la poción.
- Va, vale. Dijo la chica temblorosa bebiéndose la poción.
En breves instantes estaba más relajada, cuando Snape noto que estaba más calmada se levanto y acerco un sillón al lado del sofá en el que Kera tenía apoyada la cabeza.
- Tómatelo como quieras, pero quiero que te alejes de Lucius. Dijo aun enfadado.
- Pero, ¿por qué? Pregunto ya más calmada.
- Porque es un mortifago, y su historial no es nada bueno. Contesto el profesor intentando calmar su enfado. – No le importa hacer daño a nadie, ha violado a muchas mujeres de distintas edades, sin contar que no ha tenido piedad para matar.
- Pero, puede haber cambiado, sin más tu eres un mortifago y ya no trabajas para el que no debe ser nombrado, ¿por qué no puede haber cambiado el?
- Porque es uno de sus más fieles seguidores, el mismo fue el que me metió para ser mortifago, y te aseguro que él nunca va a cambiar. Dijo con seriedad. – Yo cambie por Dumbledore y porque había cometido un error al convertirme en mortifago. Siguió diciendo aun enfadado. – Y tú ¿cómo sabes que soy un mortifago?
- Mi hermana me lo conto, tu sabes quién es mi hermana, la conoces de sobra.
- Si es cierto, tu hermana estuvo saliendo con el hijo de Lucius y yo hice lo posible para separarlos, después de conseguirlo, tu hermana me lo agradeció, y aun sigue haciéndolo. Dijo calmadamente. – Nunca te has preguntado ¿por qué siempre estoy pendiente de ti? Y no digas que es porque te quiera o me haya enamorado de ti, esa no es la razón. Dijo secamente. – Te protejo porque tu hermana me lo rogó.
- Pero, entonces ¿te gusto o no?
- Si. Dijo el profesor con un suspiro. – Me gustas desde que tu hermana estudio aquí, cuando empezó a llevarse medianamente bien conmigo me hablo de ti y me enseño fotos tuyas. Dijo sin atreverse a mirarla. – Por eso me ofrecí yo para traerte hasta Hogwarts.Durante un buen rato estuvieron charlando, hasta que Kera cayó profundamente dormida. Ya serian las 11 y Snape decidió que no pasaría nada porque Kera durmiese otra noche en sus aposentos.

domingo, 25 de mayo de 2008

Lucius Malfoy y un nuevo amor


Kera permanecía a la espera sentada en el suelo al lado de la puerta del despacho, miraba al suelo mientras jugueteaba con sus manos.
De repente la puerta se abrió, Kera alcanzo a oír un grito de Severus y miro al hombre rubio.
- ¡¡¡LUCIUS!!! Gritaba el profesor desde el despacho.
- Yo que tu no entraría ahora al despacho de Snape. Dijo el rubio tendiéndola la mano y ayudándola a levantarse en el suelo. – Por cierto mi nombre es Malfoy, Lucius Malfoy, y usted ¿es…?
- Kera Dubronik. Dijo tomando la mano del hombre.
Ambos se miraban fijamente a los ojos, Kera había sentido algo extraño al ver al hermoso hombre entrar en la sala. Por su parte Lucios se acababa de encaprichar de la chiquilla, nada mas sentir la suavidad de la mano de esta un escalofrió recorrió todo su cuerpo terminando en la nuca.
- Señorita, ¿le apetece dar un paseo por los terrenos y hablar hasta que Snape se tranquilice?
La chica asintió con la cabeza y siguió al hombre, este tenía unos andares muy elegantes, a cada paso le acompañaba un bastón plateado terminado en cabeza de cobra, su cabello también se balanceaba al paso, y su capa verde oscura hacía el típico frú-frú de la capa de Snape. Kera andaba tras de el contemplándolo y sonriendo cada vez que un dulce pensamiento sobre ese hombre pasaba por su cabeza.

Cuando salieron a los terrenos fueron hasta el lago, allí Lucius la invito a tomar asiento bajo un gran sauce, Kera se sentó al lado del hombre y este tendió un brazo para que la chica se recostase en su pecho, lo cual, fue imposible de rechazar.
El pecho del hombre era muy fuerte y cálido, los latidos de su corazón pausados y su respiración tranquilizadora, poco a poco Kera fue olvidándose de Snape y se centro tan solo en su acompañante.
- ¿Tu eres la chica que ha venido del extranjero? Pregunto Lucios reposando la cabeza contra el tronco del sauce.
- Así es, pero ¿cómo lo sabe? Dijo la niña alzando la cabeza y mirándole.
- Trabajo en el ministerio y he trabajado tu expediente, se que tienes 18 años, tu cumpleaños es el 15 de diciembre, eres experta en Defensa Contra las Artes Oscuras y Pociones, también eres muy buena en Encantamientos, Transformaciones y Herbología. Dijo con seriedad. – Pero lo que no se es, en que casa te han alojado.
- Fue una difícil elección, el sombrero era incapaz de seleccionarme, así que Dumbledore decidió que la mejor casa seria slytherin debido a las asignaturas en las que destacaba.
- ¿Eres feliz en slytherin? Pregunto con curiosidad el rubio.
- Mucho, hoy he conocido a mis compañeras de dormitorio, y aunque Severus sea un tipo duro de tratar no me disgusta.
- Quizás conozcas a mi sobrina, está en sexto, se llama Yuma D’carpia. Dijo el hombre acercando la cabeza a la chica.
- Si, es una de mis compañeras. Sonrió la muchacha.
- También sé que tienes una hermana mayor, dos años mayor, se llama Cleopatra. Dijo secamente.
- ¿Cómo sabe eso? Nadie la llama así, tan solo su ex novio. Dijo extrañada.
- ¿nunca te enseño una foto del chico? La chica negó con la cabeza y siguió mirando extrañada. – Su ex novio, como dices tú, es mi hijo Draco.
La chica se aparto del hombre. ¿Había estado Lucius intentando enamorarla? Pensó Kera.
- ¿Qué pasa? Dijo amenazante.
- Usted, ¿está intentando ligar conmigo aun estando casado? Pregunto la chica levantándose del suelo.
- ¿Tanto te importa que este casado o no? Dijo levantándose velozmente, agarrando por la cintura a Kera y tomando una de sus manos por la cabeza, acorralándola contra el tronco y besándola con fuerza.
Poco a poco se iba apegando más y mas a ella, la chica no podía responder al beso de Lucius, sentía toda la furia del hombre en esas manos que la retenían contra el árbol y de esa lengua que luchaba con fuerza contra la de ella.
Poco a poco Lucius separo la cara de la muchacha pero no el cuerpo, Kera sentía la respiración y palpitación agitada de Lucius, aunque realmente no sabía si era el hombre o era ella.
- ¿Qué pasa no te gusta que te besen a la fuerza? Pregunto con picardía a la muchacha.
- ¿Me estas insinuando algo? Dijo con el cuerpo inmovilizado por el del hombre.
- Si, ¿crees que no sabía que Severus te había besado? El se enamoro de ti en el momento en el que te vio.
- ¿Cómo puedes saber eso?
- El mismo me lo acaba de contar, y como yo le he dicho que eras una muchacha muy hermosa se ha enojado conmigo, por eso te he invitado a caminar lejos del castillo. Dijo acercándose de nuevo a la muchacha y besándola delicadamente mientras acariciaba su rostro y su cintura y cadera. – Seguramente este como loco buscándote, y esperando que no te haya encontrado yo antes.
- Pero ¿a qué vienen estos besos ahora? Pregunto apoyando sus manos en los hombros de Lucius.
- ¿No te das cuenta? Me gustas, me gustaste en cuanto te vi sentada frente a Severus, y ahora que se que el también te desea no pienso cederte por nada del mundo, es mas aunque ahora no te gusten mis besos y mi forma de seducirte. Callo y acaricio el muslo de la muchacha bajo su falda, a lo que Kera respondió con una pequeña sacudida, Lucius se acerco a su cuello y susurro. – Conseguiré que te enamores de mí y pierdas el culo por estar a mi lado. Agarro fuertemente las nalgas de la muchacha y la beso con fuerza inmovilizándola por completo.
Kera se aferro con las manos al rostro del hombre y acompaño su beso.
Cuando se separaron Kera se acerco a los labios de Lucios y le hablo: - Yo no he dicho que no me gusten tus besos ni tu manera de seducir. Luego lo beso y se marcho se nuevo al castillo.
- Kera, ¿cuándo podre verte de nuevo? Dijo altivando la voz.
- Cuando tenga visita a Hogsmeade, ya te escribiré. Se dio la vuelta y lanzo un beso y le guiño un ojo.
Lucius se quedo mirando los andares de la chica, definitivamente tenía que robar esa mujer a Severus, esas caderas le volvían loco, sus labios carnosos y su lengua delicada.
- Hacia tiempo que no sentía esto al besar a una mujer. Pensó Lucius. – Si consigo que se aleje de Severus podre besarla durante toda una noche y acariciar su cuerpo.

sábado, 24 de mayo de 2008

El beso

Severus tardo un buen rato en llegar, cuando apareció por la puerta llevaba el pelo enmarañado y la coleta casi desecha.
- ¿Qué ha pasado? Pregunto Kera sorprendida.
- Nada, he tenido unos cuantos problemas con unos alumnos de tercero.
Severus se desplomo en la silla y dejo caer la cabeza hacia atrás. Kera se levanto y comenzó a peinarle el cabello y a desenredarle la maraña.
- ¿De qué querías hablar conmigo? Le pregunto la chica mientras recogía la coleta del profesor.
- Ya no me acuerdo. Dijo el profesor de manera desinteresada intentando huir de la situación. – Por cierto ya están tus cosas en la sala común, te llevare.
Se levanto veloz hacia la puerta pero Kera se le adelanto y se situó delante de él impidiéndole abrir la puerta.
- ¿Qué haces? Pregunto enfadado el profesor.
- Cuando me dijiste que querías hablar conmigo parecías preocupado y ansioso, así que no me dejes con la duda y dime lo que querías comentarme.
- Mira Kera, ahora no quiero hablar de ese, tan solo quiero descansar y olvidarme del día de perros que he tenido.
- No, no me voy a ir de aquí hasta que no me digas lo que querías decirme. Contesto la muchacha con testarudez y cabezonería.
Entonces Snape se aproximo a ella de un modo amenazador, la miro despiadadamente y la beso con furia impidiendo que la muchacha pudiera moverse.
- Esto es lo que quería decirte, ¿estás satisfecha? Dijo enfadado sin separase de la chica. – Y ahora vamos a tu sala común.
Kera se quedo sorprendida, Snape la aparto de la puerta con un empujón y salió por la puerta, Kera sin embargo se quedo de pie en la puerta con los dedos en los labios sin saber muy bien que había sucedido.
Severus asomo la cabeza por la puerta al ver que esta no salía del despacho, vio a la niña tiesa, son los ojos en blanco y sus delicados dedos sobre esos dulces labios que había besado, se quedo un rato mirando a la niña mientras que su corazón empezaba a acelerarse, se retiro de la puerta y bufo.
- Mierda, ¿cómo he podido hacer eso?, seguro que ahora ya no quiere acercarse a mí, siempre tengo que acabar metiendo la pata en todas las relaciones que tengo, soy un estúpido. Pensó apoyado en la pared con cara de desesperación. – Quizá debería hablar con ella.
Severus entro en el despacho y cerro tras de sí la puerta, se acerco a la muchacha y se situó frente a ella.
- Kera, ¿podemos hablar?
- ¿De qué? Dijo ella bajando la cabeza avergonzada.
- De lo que acaba de pasar, claro que solo hablaremos si tú quieres.
- No es que no quiera, pero me pillaste de golpe y no supe reaccionar. Dijo tomando la mano de Snape para calmarlo. – No tienes porque preocuparte de nada.
- Kera, tú, ¿por qué crees que te he besado? Dijo acorralándola contra una de las estanterías.
- No, no sé. Dijo tartamudeando a la vez que caminaba hacia atrás amenazada por el cuerpo del profesor. ¿Por qué te gusto?
- No digas tonterías, ¿crees que soy ese tipo de personas que se enamoran a la primera de cambio? Dijo volteándose y caminando hacia la chimenea.
- Yo no he dicho nada de que te hayas enamorado de mi, tan solo he dicho que si te gustaba. Dijo la chica con enojo. Tan solo pensé que se te había antojado, pero ya me doy cuenta de que no es así, se que te has enamorado por mucho que te cueste admitirlo.
- ¿Cómo estás diciendo? Dijo el profesor remarcando cada palabra con un empujón en los hombros de la muchacha hasta que la golpeo contra la mesa. – No eres más que una mocosa insolente. Dijo acechando más y más a la chica hasta que esta apoyo las manos en la mesa.
- Claro, por eso te estás insinuando así, ¿no? Dijo la chica alzando el pecho y poniendo su boca muy cercana a la del profesor. – Vamos, lo estas deseando, por eso me has ido empujando hasta tu escritorio. Dijo con ferocidad.
Justo cuando Severus se aproximaba a los labios de su alumna alguien toco a la puerta.
- Siéntate y estate cayada. Sentencio el profesor. – Adelante. Gruño el profesor.
Un hombre rubio y con cabello largo, con la tez pálida y cara ovalada, era muy esbelto y al parecer de la niña muy galán.
- Severus. Dijo alegre. – Oh, disculpe señorita, no pensé que el profesor estuviese reunido. Dijo el hombre haciendo una reverencia.
- Dubronik, por favor espéreme a fuera, y por su bien espero que no se vaya muy lejos, no hemos terminado con la conversación.

viernes, 23 de mayo de 2008

Sen y los sentimientos del Profesor Snape

A la mañana siguiente Kera se despertó sobre el pecho de Snape y abrazada por los brazos de este, la chica levanto la cabeza y vio al profesor que comenzaba a abrir los ojos.
- Buenos días. Dijo el profesor desperezándose y estirándose.
- Hola. Dijo la niña bostezando. – Por cierto, aun no se qué clases tengo.
- Ah sí, es cierto, espera. Dijo Snape levantándose de la cama a la vez que comenzaba a recogerse el largo cabello y a peinarse.
Se acerco a una mesa en la que tenía muchos papeles, saco uno y se acerco a la cama, se sentó y le tendió el papel a la chica.
Esta miro el papel, era el horario, mientras tanto Severus se peleaba con el cabello, ya que no conseguía desenredar los nudos que se habían producido en la noche.
- Anda, trae el peine y estate quieto. Dijo la muchacha arrodillándose en la cama sobre la espalda de su profesor. - ¿Normalmente cómo haces para recogerte el cabello?
- Normalmente se encargan los elfos, pero hoy están muy atareados con los desayunos de los alumnos. He mandado que suban aquí el desayuno.
- Tengo doble clase de pociones contigo, ¿no? Dijo la chica cuando termino de recoger el pelo del profesor.
- Si, normalmente si tengo clase a primera hora desayuno aquí, así tengo tiempo para preparar las cosas. Dijo metiéndose en el baño. Me voy a duchar y a vestirme, ve desayunando y luego te arreglas tú, yo tengo cosas que hacer antes de las clases.
- Vale. Dijo la chica mientras comenzaba a untar una tostada con mermelada de frambuesa y a la vez que mediante la magia preparaba el café para los dos.
Al cabo de 15 minutos Snape salió completamente arreglado, tomo velozmente el café y un par de tostadas, la dio las llaves del dormitorio y se despidió de Kera besándola en la frente.
Cuando abrió la puerta para salir se dio la vuelta miro a la chica y dijo.
- Espero que esto haya compensado lo de anoche. Dijo sonriendo a la muchacha. – Por cierto no llegues tarde a clase, no tengo piedad por ningún alumno, por muy bien que me lleve con él. Y tras eso cerró la puerta.
Kera se quedo perpleja termino de desayunar y se visto, cuando quedaban 20 minutos para que comenzara la clase salió del dormitorio del profesor, cero con llave y se la guardo en el bolsillo de su falda vaquera.
Corrió al aula y golpeo la puerta.
- Adelante. Dijo una voz de ultratumba.
Kera asomo un poco la cabeza, y vio que Snape estaba solo, entro rápido y se acerco a la mesa, allí le dejo la llave, se acerco al profesor y lo beso en la mejilla.
- Gracias por compensarme de esa manera. Dijo en un dulce susurro. – Me g…………as. Dijo en un susurro que el profesor no llego a entender.
Entonces echo a correr y salió veloz del aula.
Snape se quedo absorto con la mano en la mejilla, mientras tanto pensaba en cosas que nunca antes había planeado que pasase por su cabeza.
- No puedo entender que me sucede, al principio detestaba tener que ir a buscarla y tener que escoltarla, pero después de conocer su comportamiento tan libre… no se empiezo a notar que me siento a gusto a su lado. Pensaba el profesor.
- Severus, te estoy hablando. Dijo el director sacándole de sus pensamientos.
- ¿Qué? Dijo el profesor retirando la mano de su mejilla.
- Te preguntaba que si te gusta esa chica. Dijo sonriendo pícaramente.
- ¿Cómo puedes pensar eso? Dijo Snape enfadado.
- Vamos hombre, te conozco desde que tenias once años. Además no es nada malo, lo único que cuando acabe sus dos años será doloroso.
- Albus, ya sabes que no tengo tiempo para enamorarme de nadie.
- ¿Y quien a dicho enamorarse? Dijo con picardía. Así que te gusta Kera, me parece bien, pero espero que sepas separar sus estudios del su tiempo libre.
- Déjate de estupideces. Dijo levantándose de su sitio y mirando amenazador al director.
- Lo que tú digas. Dijo mientras salía del aula.
- Viejo chocho, mira que pensar que me gusta Kera, ¿será estúpido? Pensó el profesor en voz baja. – ¡Mierda! ¿Por qué siempre tiene que tener razón? Dijo a la vez que se agarraba con fuerza la cabeza. - ¡Mierda, mierda y mierda! Yo no pué… no, no debo enamorarme de ella.
Finalmente se levanto, camino un rato para calmarse y abrió la puerta para que comenzaran a entrar los alumnos.
Kera se sentó al final del aula, desde ese sitio Snape podía acercarse a ella sin miedo a que nadie se fijase en ellos.
- Kera tengo que hablar después contigo, cuando terminen las clases ve a mi despacho y espérame dentro. Dijo susurrándola al oído mientras la chica cortaba unos ingredientes.
Esta asintió y siguió con su trabajo, al final de la clase fue la única capaz de hacer la poción para dormir a la perfección, lo cual fue recompensado con 10 puntos para Slytherin.

Al terminar la clase unas chicas de Slytherin se acercaron a ella.
- Perdona, ¿tú eres la nueva, no?
- Si, ¿pasa algo? Contesto fríamente.
- No, bueno nosotras vamos a ser tus compañeras de habitación, yo soy Sen Evergreen, y ellas son Miranda Yelowston, Yuma d’Carpia y Aura Wishperdreem.
Kera saludo a las cuatro chicas y juntas fueron a sus próximas clases, durante ese día se amigaron mucho y comenzaron a hablar de sus cosas. Cuando las clases terminaron se despidió de ellas no sin antes decirlas que estaba muy contenta de haberlas conocido.
- Pero ¿a dónde vas ahora Kera? Pregunto Sen.
- Tengo que hablar con el profesor Snape. Dijo sin dar demasiada importancia al tema.
- Pues entonces nos veremos esta noche. Se despidieron las cuatro chicas.Kera bajo a las mazmorras y entro en el despacho del profesor, pero este no había llegado todavía, así que se sentó en la silla de Snape y espero pacientemente a que el llegara.

miércoles, 21 de mayo de 2008

La selección


- Kera, esta noche cenaras en la mesa de los profesores y serás elegida para una casa.
Kera no dijo nada al respecto, tan solo siguió al profesor hasta el despacho del director, donde según Snape debían hablar de sus clases y de en qué año estudiaría.

- ¿Albus? Pregunto Snape ya en el despacho del director.
- Aquí arriba Severus, esperad, ahora bajo.
- Siéntate Kera. Dijo Snape ofreciendo una silla vacía a la muchacha.
Kera seguía sin mencionar una palabra, en cierto modo estaba asustada, pero también estaba asombrada por lo poco que había visto del castillo, los enormes pasillos, las escaleras que se movían a su antojo, los miles de cuadros situados en las paredes que saludaban al paso de la muchacha dándola la bienvenida y la enhorabuena.
Cuando el director bajo, Kera se levanto y saludo haciendo una pequeña reverencia con la cabeza.
- Tranquila muchacha, no tienes porque ser tan cortes. Dijo el director estrechando la mano para saludar a la muchacha. – Soy Albus Dumbledore, director del Hogwarts, encantado de tenerla con nosotros.
- Muchas gracias señor.
- Y bien, ¿cómo ha ido tu viaje hasta aquí?
- Interesante y largo, señor.
- Comprendo. Dijo Albus sonriendo a la chica. – Severus ¿podrías indicar a la señorita Dubronik donde cambiarse para la cena y acompañarla hasta el gran comedor?
- Por supuesto. Dijo tomando de los hombros a Kera. – Acompáñame.
Kera camino al lado de Snape durante un buen rato sin saber muy bien que decir.
- Kera, ¿te pasa algo? No has dicho nada desde que hemos llegado a Hogwarts.
- Es que no sé qué decir, estoy tan impresionada con el castillo que me he quedado medio muda. Dijo la chica bajando la cabeza y mirando al suelo. – Por cierto ¿a dónde vamos?
- He dejado tus cosas en mi despacho, realmente no sabía donde dejarlo y he pensado que no te importaría que te acompañase durante este día.
- No, bueno, claro que no me importa, al fin y al cabo si no fuera por usted no habría llegado nunca hasta aquí.
- Kera, no quiero que seas tan cordial mientras estemos solos, yo no te trato de usted y tampoco quiero que lo hagas tú.
- Lo siento. Dijo la chica cabizbaja.
Bajaron las escaleras hasta las mazmorras, las cuales eran frías y oscuras, pero parecían divertidas a los ojos de Kera.
Cuando por fin llegaron al despacho de Snape este la indico sus baúles y la dejo sola para que se cambiase.
- Cuando termines sal a buscarme al aula de al lado. Dijo Snape con seriedad.
La chica afirmo con la cabeza y busco la mejor ropa para la cena.
Finalmente saco un pantalón de campana negro, una camisa blanca y una corbata negra. Cuando hubo terminado fue a buscar a Snape, el cual preparaba algunas pociones en el aula que había indicado a la muchacha anteriormente.
La niña golpeo con delicadeza la puerta y entro en el aula, Snape se giro y como ya había hecho anteriormente la miro de arriba abajo con cara de pasmado, esta vez Kera ignoro la mirada del profesor, en cierto modo la gustaba que la mirase así, sentía que por lo menos tenia alguien en quien confiar.
- Bueno, vayamos al gran comedor. Dijo saliendo de su estado absorto.

Cuando llegaron al gran comedor ya estaban sentados los alumnos, pero no todos, los de primero esperaban ansiosos a la selección para las casas.
Snape guio a Kera hasta el asiento en la mesa de los profesores, allí estaba el director, justo a su izquierda había un sitio vacio, al lado de este se hallaba una mujer con cara risueña y algo rellenita, pero que parecía muy adorable, continuando la mesa se hallaba un pequeño profesor con un rostro alegre, y justo a su lado y terminando ese lado de la mesa una profesora de lo más peculiar, tenía el pelo revuelto y llevaba muchos collares.
Snape se sentó a la derecha de Albus, justo al lado de Snape estaba el sitio de Kera, a su lado tenia al semi-gigante que había visto en la estación, a su lado otros profesores mas a los que no quiso mostrar más atención, pues ya tenía bastantes cosas en la cabeza.
De repente entro una mujer con sombrero picudo y seriedad que llevaba en su mano un taburete y un sombrero viejo, detrás de ella iban los alumnos más jóvenes.
La mujer coloco el sombrero encima del taburete y este comenzó a cantar:

Oh, podrás pensar que no soy bonito,
Pero no juzgues por lo que ves.
Me comeré a mí mismo si puedes encontrar
Un sombrero más inteligente que yo.
Pero yo soy el Sombrero Seleccionador de Hogwarts
Y puedo superar a todos.
No hay nada escondido en tu cabeza
Que el Sombrero Seleccionador no pueda ver.
Así que pruébame y te diré
Dónde debes estar.
Puedes pertenecer a Gryffindor,
Donde habitan los valientes.
Su osadía, temple y caballerosidad
Ponen aparte a los de Gryffindor.
Puedes pertenecer a Hufflepuff
Donde son justos y leales.
Esos perseverantes Hufflepuff
De verdad no temen el trabajo pesado.
O tal vez a la antigua sabiduría de Ravenclaw,
Si tienes una mente dispuesta,
Porque los de inteligencia y erudición
Siempre encontrarán allí a sus semejantes.
O tal vez en Slytherin
Harás tus verdaderos amigos.
Esa gente astuta utiliza cualquier medio
Para lograr sus fines.
¡Así que pruébame! ¡No tengas miedo!
Porque soy el Sombrero Cantor.


Así poco a poco fueron pasando todos los jóvenes y así fueron asignados a sus casas.
Pronto el director se levanto y se dispuso a hablar.
- ¡Bienvenidos! – Dijo ¡Bienvenidos a un año nuevo en Hogwarts! Antes de comenzar nuestro banquete, quiero deciros unas pocas palabras, primeramente para los nuevos y viejos alumnos que sepáis que el bosque prohibido es un terreno inexplorable. Y segundo, debo presentaros a una nueva alumna que nos acompañara durante dos años, Kera Dubronik. Es una estudiante del extranjero a la que espero que tratéis como es debido, y sin más miramientos, por favor señorita Dubronik, aproxímese al taburete para ser seleccionada a una casa.
Kera se levanto asustada, camino despacio hasta el taburete y se sentó, el resto de de alumnos miraba perplejos a la chica, la cual se sentía intimidada ante tantas miradas.
El sombrero se poso en su cabeza y comenzó a susurrar en su mente.
- Umm, difícil elección, eres realmente sabia, por lo que Ravenclaw no te iría mal. – Dijo el sombrero. – Pero muy astuta y calculadora, perfecta para Slytherin. Dijo de nuevo. – sin embargo veo que eres muy valiente, así que ser Gryffindor tampoco estaría mal. Repitió en su cabeza. – Lealtad no te falta, ser Hufflepuff tampoco sería mala idea, realmente no sé muy bien que decirte, no me decido a elegir una casa para ti.
Tras 15 minutos el sombrero grito.
- ¡No puedo elegir! Esta muchacha posee todas las cualidades.
La gente miro sorprendida, y en ese momento Kera deseo que el sombrero se la tragase, a lo cual el sombrero dijo en su cabeza:
- Lo siento muchacha, pero eso es imposible.
Albus se levanto y tendió la mano a la muchacha, la cual estaba totalmente sonrojada.
- Tranquila, no debes preocuparte, ya solucionaremos esto mas tarde. Dijo susurrando a la muchacha. – Que dé comienzo la cena. Dijo elevando las manos.
Tras eso acompaño a Kera hasta su sitio y la invito a sentarse.
- Severus, no tengo mucho abre, ¿te importa que me retire?
- Si, me importa. Dijo cogiéndola la mano por debajo de la mesa. – Por favor quédate. Termino diciendo a su oído.
Kera suspiro lastimada, y comenzó a jugar con la comida que Snape había puesto en su plato.
- Por Circe, deja de jugar con la comida y come. Dijo Severus golpeándola en el hombro.
- En serio Severus, no tengo hambre. Dijo a la vez que le miraba con cara de tristeza.
- Kera, por favor, solo es un mal trago. Dijo de nuevo tomando su mano, esta vez por encima de la mesa.
- Vale, pero espero que me compenses.
Snape sonrió y Kera finalmente comenzó a cenar, cuando hubieron terminado los postres el directo invito a los alumnos a marcharse a sus respectivas salas comunes, mientras tanto, los profesores y Kera fueron a una sala que había detrás del gran comedor y comenzaron a hablar de la elección de la muchacha.
- Bueno, como habéis podido observar el sombrero seleccionador no ha sabido elegir un lugar para Kera, así que nosotros elegiremos donde mandarla. Dijo Albus mirando a la muchacha.
Todos se sentaron, Kera se acerco a un sillón de cuero marrón y se sentó en el, los demás profesores se sentaron, todos menos Albus y Severus, el cual no tenia en donde sentarse, así que se sentó en el reposabrazos del sillón de Kera.
- Muéstrate. Dijo el director y unos papeles se posaron en sus manos. – Veamos, Kera, tú destacas en Pociones y Defensa Contra las Artes Oscuras, además no vas nada mal en Encantamientos y Transformaciones, tampoco se te da mal la Herbologia, realmente eres una muchacha muy sabia, pero contando que tus principales asignaturas son Pociones y Defensa Contra las Artes Oscuras creo que estarías mejor en Slytherin, ¿alguien discrepa en mi idea?
Ninguno de los presentes contesto, así que Severus se levantó y estrecho la mano a Kera dándola la enhorabuena. – Bueno una cosa más Kera entrara en el sexto curso.
- Solo una cosa, la señorita Dubronik no podrá llevar el uniforme de momento, la señora Malkin ha mandado un uniforme equivocado esta tarde y he tenido que devolverlo, así que hasta la semana que viene no recibiremos el nuevo uniforme. Término diciendo Severus.
Nadie hablo, tan solo asintieron con la cabeza y se despidieron.
- Severus, da alojamiento a Kera y mañana llévala a su sala común, por favor.
- De acuerdo señor.
Así Kera paso la primera noche en el castillo, ¿en dónde? Pues Severus se ofreció a prestarla dormir en sus aposentos, Kera no discrepo, es mas en cuanto se metió en la cama cayo profundamente dormida.
Snape no sabía si dormir a su lado o quedarse en el sofá, pero al ver que la niña había quedado profundamente dormida decidió acostarse a su lado.

martes, 20 de mayo de 2008

El Callejón Diagón y al Expreso de Hogwarts


Cuando por fin entraron en el Callejón Diagón Kera se quedo completamente pasmada al ver tan maravilloso espacio.
La maña transcurrió con calma, lo primero que hicieron fue ir a revisar la varita de la chica.
- Madera de ébano, cabello de banshee, elástica, perfecta para encantamientos y transformaciones. Dijo Ollivander al comprobar la varita. – Es una varita magnifica señorita.
Luego fueron a comprar ingredientes para pociones, allí estuvieron más de una hora, ya que Snape aprovechó para encargar gran parte del material que iba a necesitar para el curso.
Después de eso fueron a comprar los materiales necesarios para pociones, en lo cual también tardaron una hora, debido a que Severus también necesitaba encargar calderos nuevos.
A continuación fueron a encargar el uniforme y demás ropa para el curso, Kera obligo a Snape a comprar una túnica nueva, a lo cual tuvo que acceder ya que Kera no paro de darle la lata hasta que este accedió.
Finalmente Severus acabo con dos túnicas nuevas, una de color verde oscura con adornos plateados y otra azul negruzca muy simple.
Luego comieron en una de las terrazas del callejón, y por la tarde, terminaron de comprar plumas nuevas, royos de larguísimo pergamino y una nueva mascota para Kera, regalo de Severus.
Kera estaba muy contenta con su mascota, un enorme búho real con ojos ambarinos.
Y por ultimo fueron a comprar los nuevos libros que Kera necesitaría en este curso.

A las 10 de la noche cuando hubieron terminado de comprar volvieron al Caldero Chorreante y cenaron, para más tarde ir a descansar.

A la mañana siguiente Kera se levanto con más facilidad que el día anterior.
Severus la acompaño hasta King Cross y la ayudo a cruzar hasta en andén 9 y tres cuartos, ayudo a Kera a subir todas sus cosas y espero a que partiera el tren.
Después volvió hasta el Caldero Chorreante y uso la red Flú para llegar hasta Hogwarts.



Kera paseo por el largo y estrecho pasillo del tren escarlata buscando un compartimento en el que instalarse, finalmente se sentó en el ultimo compartimento del ultimo vagón, en ese compartimento no había nadie, así que exhalo profundamente y entro en el, se acomodo en el interior de este y se relajo hasta que unos alumnos golpearon a su puerta.
- Adelante. Contesto Kera.
- ¡Oh! Disculpe señorita, no sabíamos que viajaba un profesor en el tren. Dijeron los chicos los cuales llevaban adornada su túnica con una chapa dorada.
Kera pensó que debían ser los alumnos de mayor año, y cuando cayó en la cuenta volvió a pensar. - ¿Cómo, me han confundido con una profesora? Oh, por Circe, ya sé que aparento un par de años más de los que tengo, pero, ¿confundirme con una profesora?

Pasadas un par de horas apareció una señora mayor con un carrito lleno de golosinas, Kera se alegro mucho, ya que no había cogido nada para el viaje.
Después de mucho pensar acabo comprando: 4 pasteles de calabaza, 2 botellas de zumo de calabaza, 2 ranas de chocolate, una caja de grajeas Bertie Bots de todos los sabores, y otras cuantas golosinas, después de llenar bien el estomago, se recostó en uno de los asientos del compartimento, y tras bostezar unas cuantas veces, cayó en un profundo sueño.
El traqueteo del tren meció su sueño durante dos horas y tras ese sueño volvió a despertarse, miro su reloj y vio que tan solo eran las 4 de la tarde, ¡por Merlín! ¿cuánto tardarían en llegar a Hogwarts?
Al final decidió lanzarse a la aventura, se asomo por la puerta de su compartimento y vio que el pasillo estaba desierto, así que salió y camino hacia los primeros vagones del tren con intención de preguntarle al maquinista cuanto quedaba de viaje, se la estaba haciendo eterno, y precisamente no era una chica con paciencia que se diga.
Camino despacio intentando escuchar partes de las conversaciones que tenían el resto de los alumnos, pero no tuvo éxito, ya que el tren hacia demasiado ruido para escuchar nada.
Cuando estaba llegando al primer vagón se encontró con una de las chicas que había golpeado antes la puerta.
- Esto, disculpa, pero podrías decirme ¿cuánto falta para llegar a Hogwarts?
- Entre las 8 y las 9 estaremos en Hogsmeade, desde allí unas carrozas nos guiaran al colegio. Contesto con muy buenos modales la chica, esta era de pelo largo y moreno, con los ojos azules y una sonrisa muy cálida.
- Muchas gracias. Contesto Kera devolviéndola la sonrisa.
- No hay de qué.
Tras haber quedado no muy satisfecha con la respuesta volvió a su compartimento, ya encontraría con que entretenerse.
- Oh no, he dejado a Rio solo. Kera echo a correr al compartimento al recordar que había dejado a su búho solo y que aun no le había dado de comer.
Cuando abrió la puerta vio a Rio hecho una furia, rápidamente desmigo uno de los pasteles, abrió la jaula y comenzó a alimentar al animalito.
Kera fue recompensada con pequeños pellizcos en la mano y un dulce ulular por parte del animal. Finalmente la niña se sentó al lado de la jaula para poder acariciar al búho.

Sobre las 6 de la tarde, cuando Kera comenzaba a aburrirse soberanamente, paso de nuevo la mujer del carro, Kera volvió a comprar algunas golosinas, pero no tantas como la vez anterior, además invito a pasar a la mujer y estuvo charlando con ella.
- Nunca la había visto por aquí señorita, ¿es usted alguna profesora nueva?
- Oh no, en realidad soy una alumna, vengo del extranjero para estudiar durante dos años en Hogwarts.
- Pero, pareces mayor que los demás, ¿no? Miro extrañada la mujer.
- Si, así es, tengo 18 años, lo que pasa es que en mi antiguo colegio había un curso mas, pero en Hogwarts no se cómo van a encargarse de mí.
- ¿Sabes algo sobre la historia de Hogwarts?
- Bueno algo me conto el profesor Snape. Sé que hay cuatro casas, de los cuatro fundadores, y que Hogwarts tiene un hechizo para que los muggles no lo vean, y poco más.
- Seguro que Hogwarts te gustara, es maravilloso. Dijo la mujer sonriente.
Poco después la mujer se marcho y Kera volvió a quedarse sola, de nuevo dio de comer a Rio, y luego se quedo contemplando el paisaje que poco a poco iba oscureciendo.

Al cabo de una hora y media por fin llegaron a Hogsmeade, todos los alumnos bajaron del tren y esperaron a coger los carruajes, mientras tanto, un hombre de gran estatura iba llamando a los del primer curso, Kera se quedo esperando sin saber muy bien qué hacer, de repente una mano se poso en su hombro, Kera se dio la vuelta sorprendida, allí estaba el profesor, Snape, la guio hasta un carruaje en el que nadie había subido, nada más subir Snape saco la cabeza por la ventana y dijo:
- Podemos irnos.
- Pero Severus, alguien más podría querer montar en el carruaje. Dijo Kera agarrándolo por el brazo.
- Tranquila, nadie querrá viajar junto a mí. Contesto Severus con una sonrisa malévola. – Por cierto, ¿qué tal ha ido el viaje?
- Pues bien, un poco largo.
Durante el trayecto hasta el colegio fueron charlando a cerca del viaje, el trayecto no fue muy largo, y además se hizo muy ameno.Cuando llegaron a la puerta principal y bajaron del carruaje Kera miro asombrada, era maravilloso, nunca antes había visto un castillo tan hermoso, ahora más que nunca estaba segura de que iba a disfrutar mucho durante esos dos años.