jueves, 24 de julio de 2008

Halloween I


La noche anterior a Halloween Kera se paso el día pensando en que disfraz ponerse, aun no había elegido nada y para colmo tampoco se la ocurría nada, cuando subió a su dormitorio sus compañeras estaban hablando de los disfraces, Kera se metió a la cama y cerro las cortinas de su dosel, realmente no la apetecía nada hablar con la gente, se tumbo boca arriba con los brazos en cruz y siguió pensando en el disfraz, solo la quedaban unas horas antes de que fuese la fiesta para encontrar que ponerse, poco a poco el sueño la iba llegando, pero su cabeza aun trabajaba a gran velocidad para elegir el dichoso traje.
Finalmente el sueño pudo con ella, poco a poco un profundo sueño fue penetrando su mente hasta que se quedo completamente dormida.
A mitad de la noche Kera tuvo un sueño:
*SUEÑO*
Kera se encontraba en un lugar maravilloso, era un hermoso lago que reflejaba la luz de la luna llena, las aguas del lago parecían de plata, y la luz de la luna una hermosa cortina de seda.
Kera se acerco al agua del lago y se sentó en la hierba dejando que las pequeñas olas bañaran los dedos de sus pies, el agua no estaba para nada fría, finalmente Kera se deshizo de su ropa y se metió en el agua u comenzó a nadar plácidamente, mas tarde comenzó a bucear por las puras y cristalinas aguas, de repente comenzó a notar que la faltaba el aire y subió velozmente a la superficie, quedando justamente en el medio del lago, alzo la cabeza y contemplo como la luz de la luna llena bañaba su rostro, y justo entonces fue cuando le vino a la cabeza de que se iba a disfrazar.
- Dama medieval. Pensó en voz alta haciendo así que se despertara de su sueño.
*FIN DEL SUEÑO*
Kera se despertó, descorrió las cortinas de su dosel y saco de su mesilla de noche un cuaderno y una pluma, se calzo y bajo veloz pero sigilosamente hasta la sala, se sentó en el suelo al lado de la chimenea donde las ultimas ascuas aun desprendían un poco de calor, entonces comenzó a dibujar un boceto de su disfraz.
Al cabo de una hora ya tenía perfectamente clara la idea de su vestido, era blanco y negro similar a los que se usaban en la edad media, la parte negra era de terciopelo y llevaba una gran capucha, el detalle que coronaba su disfraz era un antifaz plateado que cubriría su rostro haciendo así que nadie la reconociera, por suerte la capucha cubriría su pelo así que sería muy difícil reconocerla.
Kera subió de nuevo a su dormitorio y se acostó un par de horas más, descansando por fin.
A las 7 de la mañana se levanto rápido, se ducho y bajo a desayunar, no podía perder ni un solo minuto, tendría que ir a Hogsmeade a comprar su disfraz o sino quedaría en ridículo delante de todo el colegio.
Cuando llego al comedor encontró que este estaba vacío salvo por dos profesores Snape y Dumbledor, los cuales estaban sentados en sus respectivos lugares charlando tranquilamente.
- Dubronik. Saludo alegremente el director. – ¿Por qué no nos acompaña a desayunar?, hasta muy tarde no bajaran el resto de los alumnos. Siguió hablando señalando el sitio que pertenecía a McGonagall.
Kera se acerco a la mesa de los profesores y se sentó en el sitio de la profesora de transformaciones.
- ¿Cómo es que te has levantado tan pronto Kera? Pregunto Snape con asombro.
- Necesito ir a comprar el disfraz a Hogsmeade. Dijo mientras se servía el café.
- Severus, ¿no me dijiste que ibas también a Hogsmeade a recoger tu traje? Dijo Albus con una mirada alegre e inocente.
- Si así es, y si lo que estas insinuando es que acompañe a Kera, ya lo había pensado. Contesto Severus con ironía.
Kera rio por lo bajo casi atragantándose con una galleta.


Cuando hubieron terminado de desayunar Kera subió a por su boceto del traje y Severus y ella fueron hasta Hogsmeade. Primero entro Severus, ya que el solo tenía que recoger su traje y pagarlo, Kera mientras tanto espero fuera ojeando una revista, cuando Sev salió se despidieron y quedaron en el cabeza de puerco para comer y luego ir a Hogwarts.
Kera entro en la tienda y una señora vestida con una túnica muy elegante la atendió.
- Quisiera a ser posible un traje similar a este. Dijo Kera mostrándola el boceto.
- Ohh cielos, esto es una preciosidad, ¿lo has dibujado tu preciosa? Dijo sorprendida la mujer.
- Si, anoche mismo. Dijo Kera un poco atemorizada.
- Tardare un par de horas en hacerlo, pero te aseguro que quedaras hermosa.
La mujer comenzó a tomar las medidas de Kera y probó muchas de las telas que tenia, al cabo de un par de horas Kera tenía su disfraz, se acerco precavida al espejo y se sorprendió del excelente trabajo de la señora, a continuación se puso su ropa y dejo que la mujer empacara con cariño el vestido.
- ¿Te gusto como quedo el vestido, cielo? Pregunto la mujer entregándola el traje.
- Muchísimo, es usted maravillosa. Contesto Kera con gran alegría.
- Espero que disfrutes de esta mágica noche.
Las dos se despidieron y Kera ando veloz hasta el cabeza de de puerco.
Cuando llego al bar se sentó con Severus y le estuvo picando con su vestido.
- ¿Pero en serio no me lo vas a enseñar? Preguntaba el profesor.
- Claro que no, ¿Qué gracia tendría entonces?
Severus se quedo cayado y bebió de su copa a la vez que miraba de mala manera a Kera, esta sin embargo se reía y le miraba con picardía.
- Abe, ¿me podrías poner algo fresco porfa? Dijo Kera saludando al hermano del director.
- Claro muchacha. Contesto este sirviéndola una gran jarra de cerveza de mantequilla.
Estuvieron un rato charlando y picándose para saber cuál era el disfraz que llevarían a la fiesta, pero al final ninguno soltó prenda a cerca del vestido.
- Bueno ya son horas de volver al castillo, todavía faltan algunos preparativos y a demás hay que vestirse y arreglarse. Dijo Severus. – Por cierto, a Albus se le ha ocurrido le ha ocurrido la maravillosa idea de invitar a familias importantes del mundo de la magia, así que lo más seguro es que Lucius y su familia vengan, así que por favor, no salgas del gran salón a no ser que vayas acompañada de al menos dos personas.
- Tranquilo, se lo que debo hacer, además no me va a reconocer nadie. Contesto Kera con tranquilidad ante la angustia de Snape.
Cuando llegaron al castillo Kera bajo directamente a las mazmorras con su vestido y se encerró en el dormitorio con sus compañeras de habitación.

viernes, 4 de julio de 2008

El secuestro

Kera se había desmayado, cuando intento abrir los ojos noto un punzante dolor en la nuca, se intento tocar la cabeza pero pronto se dio cuenta de que estaba atada.
Kera abrió rápidamente los ojos y miro a su alrededor, estaba en una habitación muy bien decorada, antigua pero bonita, estaba en una cama con dosel, las sabanas eran blancas y de lo más normales, salvo por el olor a viejo que todo a su alrededor emanaba.
El perro-vaca, como aun seguía llamándolo la chica estaba acurrucado a los pies de la cama de esta, parecía una especie de peluche, Kera intento incorporarse pero le resulto imposible.
De repente noto que alguien se acercaba a la habitación y volvió a recostarse y a hacerse la dormida, alguien entro en la habitación y Kera entreabrió los ojos para ver quién era.
- Lucius. Pensó la chica. – Maldita rata asquerosa. Dijo para sus adentros.
Lucius se acerco a la cama donde estaba ella y se sentó en el borde, Kera noto como la miraba y pronto noto que Lucius comenzaba a acariciarla el pelo, entonces se Kera se volteo e intento empujarlo, pero Lucius fue más rápido y se levanto antes de que esta consiguiera alcanzarlo, entonces se abalanzó sobre ella y de nuevo la chica intento golpearlo a base de patadas, pero Lucius la agarro de una pierna y tiro de ella poniéndola boca arriba e inmovilizándola sentándose a horcajadas sobre ella.
- YIAAA!! Grito Kera. – ¡Suéltame me haces daño! Volvió a gritar intentando librarse de él.
- Te soltare cuando te estés quieta. Dijo apretando a la chica entre sus piernas. – Además, así de indefensa estas muy guapa. Dijo comenzando a acariciar el vientre de Kera.
- Para. Dijo Kera moviéndose violentamente. – ¿Por qué estoy aquí?
- ¿No lo sabes? Severus lleva varios días sin responder a nuestros llamados y sin dar señales de vida, y por pura precaución hemos decidido tomarte como rehén para que venga.
- Estáis locos. Severus no ha respondido porque ha estado conmigo, he estado enferma y ha estado encargándose de mí.
- Ya claro, y Merlín era un mendigo cualquiera, no me creo esa sandez. Dijo Lucius aun sobre ella acercándose cada vez más a la cara de esta.
- Lo juro, es cierto lo que te estoy diciendo y si quieres te lo puedo demostrar. Dijo Kera justo antes de que Lucius la besara. – Pero necesito que me sueltes.
- Vale, pero como intentes hacer alguna locura te matare… Dijo el hombre levantándose de encima de la muchacha y soltándola las manos.
Kera se alejo de Lucius y se quito la camiseta que llevaba puesta mostrándole a Lucius su pecho totalmente vendado.
- ¿Me crees ahora? Dijo la chica enfadada.
- ¿Qué ha sucedido? Dijo el hombre con cara de espanto al ver el pecho de la niña totalmente vendado. – ¿Te encuentras bien?
- No es nada que te importe, son cosas entre Severus, las clases y yo, y si, me encuentro bien. Dijo con un tono despectivo mientras se ponía la camiseta de nuevo. – Y ahora si no te importa regrésame a Hogsmeade.
- Puedes aparecerte tu sola, así que si quieres puedes largarte. Contesto el hombre con el mismo tono que Kera utilizo contra él. – O a caso ¿te da miedo aparecerte?
- No es eso, simplemente odio las apariciones.
Justo en ese instante Severus apareció por la puerta con la mandíbula desencajada y los ojos inyectados en sangre, parecía estar muy furioso, y no era para menos acababa de hablar con el Lord y este le había dicho que Lucius estaba con su alumna, esto desencadeno en Severus una ira horrible, ¿de qué sería capaz Lucius estando a solas con Kera?
- ¡¡Kera!! Dijo Severus abrazando con fuerza a la niña. – ¿Te encuentras bien, te ha hecho algo? Pregunto nervioso mirándola de arriba abajo.
- Tranquilo, estoy bien. Dijo acariciándole el rostro. – Pero tú, ¿estas bien, qué ha pasado con Voldemort?
- Nada, ya está todo solucionado, yo estoy bien. Dijo abrazándola de una manera demasiado cariñosa para ser Snape y besándola en la frente. – Tenía miedo de que te hubiera pasado algo. Finalizo susurrándola al oído.
- ¿Tanto miedo tienes de perderme ahora después de lo sucedido? Susurro también ella y Severus afirmo con la cabeza. – Vámonos a Hogsmeade por favor. Dijo Kera con pena.
Finalmente los dos se desaparecieron dejando a Lucius con la palabra en la boca y con una mirada de ira hacia Snape, Lucius se había encaprichado de esa chica, pero ella estaba enamorada de Severus y el se había dado cuenta, pero ahora que lo sabia iba a destruir a esa feliz pareja aunque fuese lo último que hiciera en la vida.
Lucius salió a zancadas de la habitación dando un gran portazo tras de sí.

jueves, 3 de julio de 2008

Hogsmeade y el Perro-vaca


Tras dos días en la enfermería Kera se recupero, aunque sus heridas no habían cicatrizado del todo. Se sentía mal, molesta y enfadada debido a que siempre debía llevar el pecho vendado, lo que hacia que sus curvas no se notaran tanto.
Era fin de semana y Kera había decidido ir a Hogsmeade con el resto de los alumnos, por supuesto también los profesores, aunque no todos habían decidido ir con los alumnos.
Los amigos de Kera no sabían todavía lo sucedido entre Severus y Kera, y por su parte la niña no quería que nadie lo supiese, aun asi sus compañeros sentían sospechas después de saber que Kera lo había perdonado.
- Sigo sin entenderlo Kera, ¿por qué lo has disculpado? Pregunto Kevin agarrándola de una manera posesiva. – ¿Qué tiene ese hombre que tanto te gusta?
- No lo entiendes Kevin, no es que me guste o me disguste, simplemente hablamos y se disculpo.
- Entonces eso significa que te dio lastima. Afirmo Nico.
- ¡!NO!! No me dio lastima, simplemente se sincero y me pidió perdón.
- Kera, ¿a ti te gusta Snape no es cierto? Dijo Kevin atrapándola entre sus brazos.
- Kevin, te recuerdo que tienes novia. Dijo Kera escapándose de los brazos de Kevin.
- Nico, no dejes que se nos escape. Dijo Kevin intentando agarrarla de nuevo.
- ¿Se puede saber de que demonios vais? Dijo Kera intentando huir de los dos chicos.
- Simplemente queremos saber la verdad. Dijo Kevin agarrándola y acorralándola en una pared con ayuda de Nico. – Venga dinos la verdad.
- Me dais miedo. Dijo Kera contra la pared mirando con terror a los muchachos.
- ¿Se puede saber qué esta sucediendo aquí? Dijo Snape a la espalda de los dos chicos. – Largaros y dejad en paz a Dubronik.
Los dos muchachos se fueron refunfuñando y lanzando maldiciones verbales sobre Snape. Severus indico a Kera con la cabeza que le acompañase y la chica camino al lado de su profesor.
- ¿Qué sucedia? Pregunto Snape sin mirarla.
- Nada, tan solo que están molestos por que hayamos hecho las paces, y porque sospechan que entre tu y yo haya algo. Contesto la chica al igual que el sin mirarlo.
- Comprendo, ¿quieres que comamos juntos? Dijo Snape rozandola la mano con disimulo.
- Claro. Contesto la chica acercándose a el y agarrándole de la mano.
Severus miro hacia atrás y vio que nadie estaba tras ellos y luego miro hacia adelante viendo que los alumnos ya estaban bastante adelantados, justo pasaban por un callejón cuando Snape empujo bruscamente a Kera y antes de que esta le gritase por el motivo la callo con un beso.
La chica cedió y lo abrazo dejando que Snape la poseyera por un momento.
- No sabes las ganas que tenia de besarte. Dijo Severus.
Kera le sonrio y acaricio su mejilla con cariño y delicadeza, Snape respondió a la caricia agarrando la mano de la chica y besándola con pasión. Kera se acerco y lo beso con pasión.
- Deberiamos llegar a Hogsmeade, sino sospecharan de nosotros.
Salieron con precaucion de callejón y caminaron hasta Hogsmeade, allí se despidieron hasta la hora de comer, y Kera se marcho a comprar algunos utiles que le faltaban para el curso, además de alguna ropa nueva.
Cuando llego a la tienda de ropa se encontró a sus compañeras de clase, las cuales se probaban modelitos uno detrás de otro.
- ¡¡Kera!! Grito con euforia Miranda. – ¿Dónde te habías metido? Te hemos estado esperando, pero los chicos nos dijeron que os habíais topado con Snape.
- Si, asi es, estuve hablando con Snape, por eso me he retrasado un poco. Dijo Kera intentado disculparse. – Pero bueno, ya estoy aquí, que es lo que importa.
Durante un par de horas, bastante largas para Kera, estuvieron en la misma tienda probándose los miles de modelitos que había en ella, finalmente Kera, ya aburrida y desesperada, decidió comprarse unos nuevos vaqueros muy ceñidos, y una camiseta de tirantes rosa.
Como sus amigas aun no habían saciado bastante su apetito por las compras compulsivas Kera decidió ir a dar un paseo por el pueblo hasta la hora de comer, tomo la mochila y la compra de ropa y salió a pasear.
Cuando estaba a punto de alcanzar el limite del pueblo se acordó de la tinta, las plumas y el pergamino, asi que corrió a la tienda a buscar los utiles necesarios después de las compras volvió a su paseo.
Primero camino por la zona mas pobre del pueblo, pero como no era de su agrado decidió marcharse a los terrenos exteriores del pueblo desde los cuales se veía la casa de los gritos y los campos de cultivo de los aldeanos.
Serian las 12 cuando llego a los prados, allí se sento en una gran piedra y se quedo contemplando el cielo, el cual estaba bastante encapotado siendo ya finales de octubre, Kera pensó en que dentro de poco seria Halloween y que aun no había decidido que ponerse para la fiesta, pero en fin, aun la quedaba casi una semana para decidirlo.
Luego miro la casa de los gritos y pensó que la próxima vez debía ir a ver la magnifica mansión encantada, pero bueno, todo a su debido tiempo, no tenia tiempo suficiente para las compras, la diversión y como no para estar un rato a solas y en otro ambiente con Severus.
Sus pensamientos eran bastante completos, tanto que cuando quiso darse cuenta ya eran las 2 de la tarde, en media hora debía ir al cabeza de puerco, pues es allí donde Severus y ella habían decidido quedar para comer juntos. Kera salió de su ensimismamiento, y cuando comenzó a andar para ir de nuevo al pueblo un estraño ruido proveniente del bosque capto su atención, Kera miro perpleja, se detuvo para ver que era lo que provocaba ese ruido, pero la espesura del bosque se lo impedían, asi que no corta ni perezosa, agarro sus cosas y se interno en el bosque, poco a poco la espesura hacia que la atmosfera se volviese mas oscura por momentos, pero la niña carecia de un pequeño sentido llamado cordura, no la importaba mucho lo que hubiese, era tan cotilla que el peligro la importaba poco.
Cuando llego a lo mas profundo del bosque un claro inmenso se abrió a sus ojos, y allí estaba, un pequeño animal de color azul y morado lloriqueando, la chica se acerco con cautela y contemplo al animalillo, realmente era una monada, era una especie de perro pero con el morro de vaca, tenia unos ojos grandes y verdes que la miraban con pena.
Kera sentía lastima del perro-vaca, pues asi fue como decidió llamarlo hasta saber que era realmente, poco a poco se acerco mas al animal, hasta que finalmente se arriesgo a cogerlo entre sus brazos para ver que le había sucedido, pero en cuanto hubo tomado al animal en brazos una oscuridad y un fuerte dolor de cabeza la hizieron perder la consciencia de todo lo que estaba sucediendo.

miércoles, 2 de julio de 2008

El juramento

Kera siguió llorando durante un buen rato, pero Severus no la solto en ningún momento, los dos sentados en la cama y Kera abrazada al pecho de su profesor.
- Me arrepiento de haber venido a estudiar aquí. Dijo Kera en un susurro que Severus oyo perfectamente.
-¿Tanto te arrepientes de haberte enamorado de mi? Dijo Severus separando a la niña de su pecho. – Cuándo me susurraste aquella vez entendí perfectamente lo que habías dicho.
Kera lo miro sorprendida y una lagrima resbalo por su mejilla.
- No lo entiendes, ¿qué va a pasar cuando acabe de estudiar aquí? Ya no nos volveremos a ver.
- Nunca digas nunca. Y la beso con calma, transmitiéndola una paz que nunca antes había sentido. – Te buscare allí donde sea.
Kera se abrazo fuertemente a él y dijo entre lagrimas.
- Júramelo, júrame que nunca me olvidaras y que me buscaras donde sea.
- Lo juro. Dijo cogiéndola de la mano. – Y además juro, que te casaras conmigo cuando acabes tus estudios y cuando todo lo del señor tenebroso haya acabado. La miro a los ojos fijamente y continuo diciendo. – Pero a cambio tu, me juraras amor eterno.
- Te juro que te amare hasta el fin de mis días.
Los dos se abrazaron y se besaron apasionadamente durante un largo rato. Kera sentía un fuerte calor en el pecho, y por su parte Snape, sentía en su interior unos sentimientos que solo Lily le había hecho sentir, pero por primera vez en tantos años se sentía libre, había encontrado a la mujer de sus sueños, y ahora no la iba a dejar escapar.
- Gracias Lily por enseñarme a amar. Penso mientras sentía el calor de su amada.
Pronto se oyo la llave en la puerta, Kera golpeo a Severus tirándolo de la cama y se recostó tapándose hasta el cuello y haciéndose la dormida.
Severus gruño por culpa del golpe recibido al caer de la cama, se sento en la silla y de nuevo se retiro la túnica haciéndose el preocupado por la niña.
Madame Pomfrey entro cargada con una bandeja con comida para la niña y el profesor.
- ¿Se ha despertado? Pregunto la enfermera a Snape.
El hombre afirmo con la cabeza y la enfermera se acerco dejando la bandeja en la mesilla de noche.
- Os dejare a solas, espero que cenen bien. Dijo la mujer mirando a la niña.
- Gracias Popy, por cierto, ¿te importa que esta noche me quede a dormir aquí para vigilarla?
- No, claro que no me importa. Dijo dándole las llaves de la enfermería. – Yo me retirare a descansar, por favor cierra la puerta cuando te acuestes.
- Lo hare. Dijo Snape con una pequeña reverencia.
Madame Pomfrey se retiro y Severus se levanto a cerrar con llave la puerta.