jueves, 3 de julio de 2008

Hogsmeade y el Perro-vaca


Tras dos días en la enfermería Kera se recupero, aunque sus heridas no habían cicatrizado del todo. Se sentía mal, molesta y enfadada debido a que siempre debía llevar el pecho vendado, lo que hacia que sus curvas no se notaran tanto.
Era fin de semana y Kera había decidido ir a Hogsmeade con el resto de los alumnos, por supuesto también los profesores, aunque no todos habían decidido ir con los alumnos.
Los amigos de Kera no sabían todavía lo sucedido entre Severus y Kera, y por su parte la niña no quería que nadie lo supiese, aun asi sus compañeros sentían sospechas después de saber que Kera lo había perdonado.
- Sigo sin entenderlo Kera, ¿por qué lo has disculpado? Pregunto Kevin agarrándola de una manera posesiva. – ¿Qué tiene ese hombre que tanto te gusta?
- No lo entiendes Kevin, no es que me guste o me disguste, simplemente hablamos y se disculpo.
- Entonces eso significa que te dio lastima. Afirmo Nico.
- ¡!NO!! No me dio lastima, simplemente se sincero y me pidió perdón.
- Kera, ¿a ti te gusta Snape no es cierto? Dijo Kevin atrapándola entre sus brazos.
- Kevin, te recuerdo que tienes novia. Dijo Kera escapándose de los brazos de Kevin.
- Nico, no dejes que se nos escape. Dijo Kevin intentando agarrarla de nuevo.
- ¿Se puede saber de que demonios vais? Dijo Kera intentando huir de los dos chicos.
- Simplemente queremos saber la verdad. Dijo Kevin agarrándola y acorralándola en una pared con ayuda de Nico. – Venga dinos la verdad.
- Me dais miedo. Dijo Kera contra la pared mirando con terror a los muchachos.
- ¿Se puede saber qué esta sucediendo aquí? Dijo Snape a la espalda de los dos chicos. – Largaros y dejad en paz a Dubronik.
Los dos muchachos se fueron refunfuñando y lanzando maldiciones verbales sobre Snape. Severus indico a Kera con la cabeza que le acompañase y la chica camino al lado de su profesor.
- ¿Qué sucedia? Pregunto Snape sin mirarla.
- Nada, tan solo que están molestos por que hayamos hecho las paces, y porque sospechan que entre tu y yo haya algo. Contesto la chica al igual que el sin mirarlo.
- Comprendo, ¿quieres que comamos juntos? Dijo Snape rozandola la mano con disimulo.
- Claro. Contesto la chica acercándose a el y agarrándole de la mano.
Severus miro hacia atrás y vio que nadie estaba tras ellos y luego miro hacia adelante viendo que los alumnos ya estaban bastante adelantados, justo pasaban por un callejón cuando Snape empujo bruscamente a Kera y antes de que esta le gritase por el motivo la callo con un beso.
La chica cedió y lo abrazo dejando que Snape la poseyera por un momento.
- No sabes las ganas que tenia de besarte. Dijo Severus.
Kera le sonrio y acaricio su mejilla con cariño y delicadeza, Snape respondió a la caricia agarrando la mano de la chica y besándola con pasión. Kera se acerco y lo beso con pasión.
- Deberiamos llegar a Hogsmeade, sino sospecharan de nosotros.
Salieron con precaucion de callejón y caminaron hasta Hogsmeade, allí se despidieron hasta la hora de comer, y Kera se marcho a comprar algunos utiles que le faltaban para el curso, además de alguna ropa nueva.
Cuando llego a la tienda de ropa se encontró a sus compañeras de clase, las cuales se probaban modelitos uno detrás de otro.
- ¡¡Kera!! Grito con euforia Miranda. – ¿Dónde te habías metido? Te hemos estado esperando, pero los chicos nos dijeron que os habíais topado con Snape.
- Si, asi es, estuve hablando con Snape, por eso me he retrasado un poco. Dijo Kera intentado disculparse. – Pero bueno, ya estoy aquí, que es lo que importa.
Durante un par de horas, bastante largas para Kera, estuvieron en la misma tienda probándose los miles de modelitos que había en ella, finalmente Kera, ya aburrida y desesperada, decidió comprarse unos nuevos vaqueros muy ceñidos, y una camiseta de tirantes rosa.
Como sus amigas aun no habían saciado bastante su apetito por las compras compulsivas Kera decidió ir a dar un paseo por el pueblo hasta la hora de comer, tomo la mochila y la compra de ropa y salió a pasear.
Cuando estaba a punto de alcanzar el limite del pueblo se acordó de la tinta, las plumas y el pergamino, asi que corrió a la tienda a buscar los utiles necesarios después de las compras volvió a su paseo.
Primero camino por la zona mas pobre del pueblo, pero como no era de su agrado decidió marcharse a los terrenos exteriores del pueblo desde los cuales se veía la casa de los gritos y los campos de cultivo de los aldeanos.
Serian las 12 cuando llego a los prados, allí se sento en una gran piedra y se quedo contemplando el cielo, el cual estaba bastante encapotado siendo ya finales de octubre, Kera pensó en que dentro de poco seria Halloween y que aun no había decidido que ponerse para la fiesta, pero en fin, aun la quedaba casi una semana para decidirlo.
Luego miro la casa de los gritos y pensó que la próxima vez debía ir a ver la magnifica mansión encantada, pero bueno, todo a su debido tiempo, no tenia tiempo suficiente para las compras, la diversión y como no para estar un rato a solas y en otro ambiente con Severus.
Sus pensamientos eran bastante completos, tanto que cuando quiso darse cuenta ya eran las 2 de la tarde, en media hora debía ir al cabeza de puerco, pues es allí donde Severus y ella habían decidido quedar para comer juntos. Kera salió de su ensimismamiento, y cuando comenzó a andar para ir de nuevo al pueblo un estraño ruido proveniente del bosque capto su atención, Kera miro perpleja, se detuvo para ver que era lo que provocaba ese ruido, pero la espesura del bosque se lo impedían, asi que no corta ni perezosa, agarro sus cosas y se interno en el bosque, poco a poco la espesura hacia que la atmosfera se volviese mas oscura por momentos, pero la niña carecia de un pequeño sentido llamado cordura, no la importaba mucho lo que hubiese, era tan cotilla que el peligro la importaba poco.
Cuando llego a lo mas profundo del bosque un claro inmenso se abrió a sus ojos, y allí estaba, un pequeño animal de color azul y morado lloriqueando, la chica se acerco con cautela y contemplo al animalillo, realmente era una monada, era una especie de perro pero con el morro de vaca, tenia unos ojos grandes y verdes que la miraban con pena.
Kera sentía lastima del perro-vaca, pues asi fue como decidió llamarlo hasta saber que era realmente, poco a poco se acerco mas al animal, hasta que finalmente se arriesgo a cogerlo entre sus brazos para ver que le había sucedido, pero en cuanto hubo tomado al animal en brazos una oscuridad y un fuerte dolor de cabeza la hizieron perder la consciencia de todo lo que estaba sucediendo.

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