Kera se había desmayado, cuando intento abrir los ojos noto un punzante dolor en la nuca, se intento tocar la cabeza pero pronto se dio cuenta de que estaba atada.
Kera abrió rápidamente los ojos y miro a su alrededor, estaba en una habitación muy bien decorada, antigua pero bonita, estaba en una cama con dosel, las sabanas eran blancas y de lo más normales, salvo por el olor a viejo que todo a su alrededor emanaba.
El perro-vaca, como aun seguía llamándolo la chica estaba acurrucado a los pies de la cama de esta, parecía una especie de peluche, Kera intento incorporarse pero le resulto imposible.
De repente noto que alguien se acercaba a la habitación y volvió a recostarse y a hacerse la dormida, alguien entro en la habitación y Kera entreabrió los ojos para ver quién era.
- Lucius. Pensó la chica. – Maldita rata asquerosa. Dijo para sus adentros.
Lucius se acerco a la cama donde estaba ella y se sentó en el borde, Kera noto como la miraba y pronto noto que Lucius comenzaba a acariciarla el pelo, entonces se Kera se volteo e intento empujarlo, pero Lucius fue más rápido y se levanto antes de que esta consiguiera alcanzarlo, entonces se abalanzó sobre ella y de nuevo la chica intento golpearlo a base de patadas, pero Lucius la agarro de una pierna y tiro de ella poniéndola boca arriba e inmovilizándola sentándose a horcajadas sobre ella.
- YIAAA!! Grito Kera. – ¡Suéltame me haces daño! Volvió a gritar intentando librarse de él.
- Te soltare cuando te estés quieta. Dijo apretando a la chica entre sus piernas. – Además, así de indefensa estas muy guapa. Dijo comenzando a acariciar el vientre de Kera.
- Para. Dijo Kera moviéndose violentamente. – ¿Por qué estoy aquí?
- ¿No lo sabes? Severus lleva varios días sin responder a nuestros llamados y sin dar señales de vida, y por pura precaución hemos decidido tomarte como rehén para que venga.
- Estáis locos. Severus no ha respondido porque ha estado conmigo, he estado enferma y ha estado encargándose de mí.
- Ya claro, y Merlín era un mendigo cualquiera, no me creo esa sandez. Dijo Lucius aun sobre ella acercándose cada vez más a la cara de esta.
- Lo juro, es cierto lo que te estoy diciendo y si quieres te lo puedo demostrar. Dijo Kera justo antes de que Lucius la besara. – Pero necesito que me sueltes.
- Vale, pero como intentes hacer alguna locura te matare… Dijo el hombre levantándose de encima de la muchacha y soltándola las manos.
Kera se alejo de Lucius y se quito la camiseta que llevaba puesta mostrándole a Lucius su pecho totalmente vendado.
- ¿Me crees ahora? Dijo la chica enfadada.
- ¿Qué ha sucedido? Dijo el hombre con cara de espanto al ver el pecho de la niña totalmente vendado. – ¿Te encuentras bien?
- No es nada que te importe, son cosas entre Severus, las clases y yo, y si, me encuentro bien. Dijo con un tono despectivo mientras se ponía la camiseta de nuevo. – Y ahora si no te importa regrésame a Hogsmeade.
- Puedes aparecerte tu sola, así que si quieres puedes largarte. Contesto el hombre con el mismo tono que Kera utilizo contra él. – O a caso ¿te da miedo aparecerte?
- No es eso, simplemente odio las apariciones.
Justo en ese instante Severus apareció por la puerta con la mandíbula desencajada y los ojos inyectados en sangre, parecía estar muy furioso, y no era para menos acababa de hablar con el Lord y este le había dicho que Lucius estaba con su alumna, esto desencadeno en Severus una ira horrible, ¿de qué sería capaz Lucius estando a solas con Kera?
- ¡¡Kera!! Dijo Severus abrazando con fuerza a la niña. – ¿Te encuentras bien, te ha hecho algo? Pregunto nervioso mirándola de arriba abajo.
- Tranquilo, estoy bien. Dijo acariciándole el rostro. – Pero tú, ¿estas bien, qué ha pasado con Voldemort?
- Nada, ya está todo solucionado, yo estoy bien. Dijo abrazándola de una manera demasiado cariñosa para ser Snape y besándola en la frente. – Tenía miedo de que te hubiera pasado algo. Finalizo susurrándola al oído.
- ¿Tanto miedo tienes de perderme ahora después de lo sucedido? Susurro también ella y Severus afirmo con la cabeza. – Vámonos a Hogsmeade por favor. Dijo Kera con pena.
Finalmente los dos se desaparecieron dejando a Lucius con la palabra en la boca y con una mirada de ira hacia Snape, Lucius se había encaprichado de esa chica, pero ella estaba enamorada de Severus y el se había dado cuenta, pero ahora que lo sabia iba a destruir a esa feliz pareja aunque fuese lo último que hiciera en la vida.
Lucius salió a zancadas de la habitación dando un gran portazo tras de sí.
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