lunes, 26 de mayo de 2008

Corazón lastimado

Kera llego al despacho de Snape y se encontró al hombre destrozando las cosas de su despacho, sus ojos parecían más negros de costumbre, estaba realmente enojado.
- ¿Se puede saber dónde demonios has estado? Dijo acercándose amenazadora y velozmente hacia la chica, haciendo que esta se golpease contra la puerta cerrándola de golpe.
Severus la acorralo en la puerta poniendo sus manos contra la puerta al lado de la cabeza de la niña. Tras unos segundo así bajo la mano y cerro con llave la puerta, tirando la llave al fuego de la chimenea.
- Contesta ¿dónde has estado? Dijo con enojo y mirando a la chica con furia.
- Tan solo, tan solo, salí a dar un, un paseo. Dijo la chica tartamudeando y temblando.
- No me mientas, estúpida, se que has ido con Lucius. Dijo agarrándola de los cuellos de la camisa y zarandeándola.
- ¡NO, NO! ¡ESO NO ES, ESO NO ES CIERTO! Gritaba la niña asustada.
- ¡ESTUPIDA! Grito Severus abofeteando a Kera y tirándola a suelo, se dio la vuelta y camino hacia las estanterías golpeando con fuerza y tirando las cosas al suelo. - ¡CREES QUE SOY LO BASTANTE IDIOTA PARA TRAGARME TUS MENTIRAS! Grito acercándose a la chica y atrapándola entre sus piernas contra el suelo, luego agarro las manos de la niña y la inmovilizo dejando sus manos por encima de su cabeza. - ¿Qué has estado haciendo con él? Dijo remarcando cada palabra, esta vez sin gritar pero apretando las muñecas de la muchacha.
- Nada, no he hecho nada. Dijo con lágrimas en los ojos. – Su, suéltame, por, por favor me haces daño. Continúo diciendo comenzando a llorar.
Snape se levanto de encima de la chica, se quedo quieto mirándola con enfado.
- Ponte en pie. Dijo con seriedad.
La niña se puso en pie con dificultad, estaba temblando y tenía un miedo horrible al pensar que era capaz de hacerle el profesor.
- Legeremens. Dijo Snape apuntando con la varita a la niña.
Pronto todas las cosas que Kera guardaba en la mente salieron a flote, Snape disfruto bastante viendo los recuerdo de la muchacha, hasta que de repente apareció la imagen de Lucius, Snape frunció el ceño, siguió viendo el recuerdo de su alumna, hasta que vio el beso que Lucius le dio a Kera, Snape estaba muy enfurecido, sin embargo no dejo de hurgar en la mente de la chica hasta que el recuerdo de Lucius termino.
Cuando rompió el hechizo miro a Kera con odio y desprecio, la chica estaba llorando, sin entender muy bien lo que había sucedido.
Snape se acerco a ella y la empujo contra la mesa para de nuevo acorralarla, Kera no se inmuto y se dejo acorralar, seguía llorando tapándose la cara con ambas manos.
Severus la miro con más odio aun y aparto las manos de la cara de la muchacha, apresándola las manos tras la espalda con una sola mano.
- ¿Deseas que yo te haga lo mismo que Lucius? Pregunto con una voz lasciva, a la vez que acercaba su cuerpo al de la chica y acariciaba la pierna de la chica bajo la falda. – Responde. Dijo al oído de la chica con la misma voz.
- No, no por favor. Dijo la chica temblando y llorando.
- ¿Por qué no? Dijo comenzando a besar su cuello y a acercarse a las zonas intimas de la chica. – ¿Es qué te gusta más como lo hace él, que cómo te lo hago yo? Dijo parándose en su zona intima y sintiendo el temblor de la chica.
- Lo, lo siento mucho, yo no, yo no quería que eso pasase, no, no sabía que él estaba casado, no, no... Kera no puedo terminar ya que su profesor la tapo la boca y negó con la cabeza a la vez que repetía “no” una y otra vez.
Severus se aparto de Kera y se quedo mirándola con pena y algo de desprecio, ella volvió a taparse la cara y a llorar con más fuerza a la vez que se derrumbaba en el suelo de rodillas.
- Deja de llorar, Kera. Dijo agachándose y abrazándola.
Kera respondió al abrazo y se tiro al cuello del profesor llorando con más intensidad.
Severus acaricio el cabello se la chica y la ayudo a levantarse del suelo, después la llevo hasta el sofá que había delante de la chimenea y se sentó a su lado.
- Severus, perdóname. Lloro en el pecho del profesor.
Severus se levanto y la invito a recostarse en el sofá, ella seguía llorando, él mientras tanto preparo dos tazas de té y busco una poción para calmar a la niña.
- Kera, bébete esto. Dijo ofreciéndola la poción.
- No, no quiero.
- Kera, no me obligues a darte la poción a la fuerza. Dijo atrapándola de nuevo entre sus pierna y ofreciéndola otra ve la poción.
- Va, vale. Dijo la chica temblorosa bebiéndose la poción.
En breves instantes estaba más relajada, cuando Snape noto que estaba más calmada se levanto y acerco un sillón al lado del sofá en el que Kera tenía apoyada la cabeza.
- Tómatelo como quieras, pero quiero que te alejes de Lucius. Dijo aun enfadado.
- Pero, ¿por qué? Pregunto ya más calmada.
- Porque es un mortifago, y su historial no es nada bueno. Contesto el profesor intentando calmar su enfado. – No le importa hacer daño a nadie, ha violado a muchas mujeres de distintas edades, sin contar que no ha tenido piedad para matar.
- Pero, puede haber cambiado, sin más tu eres un mortifago y ya no trabajas para el que no debe ser nombrado, ¿por qué no puede haber cambiado el?
- Porque es uno de sus más fieles seguidores, el mismo fue el que me metió para ser mortifago, y te aseguro que él nunca va a cambiar. Dijo con seriedad. – Yo cambie por Dumbledore y porque había cometido un error al convertirme en mortifago. Siguió diciendo aun enfadado. – Y tú ¿cómo sabes que soy un mortifago?
- Mi hermana me lo conto, tu sabes quién es mi hermana, la conoces de sobra.
- Si es cierto, tu hermana estuvo saliendo con el hijo de Lucius y yo hice lo posible para separarlos, después de conseguirlo, tu hermana me lo agradeció, y aun sigue haciéndolo. Dijo calmadamente. – Nunca te has preguntado ¿por qué siempre estoy pendiente de ti? Y no digas que es porque te quiera o me haya enamorado de ti, esa no es la razón. Dijo secamente. – Te protejo porque tu hermana me lo rogó.
- Pero, entonces ¿te gusto o no?
- Si. Dijo el profesor con un suspiro. – Me gustas desde que tu hermana estudio aquí, cuando empezó a llevarse medianamente bien conmigo me hablo de ti y me enseño fotos tuyas. Dijo sin atreverse a mirarla. – Por eso me ofrecí yo para traerte hasta Hogwarts.Durante un buen rato estuvieron charlando, hasta que Kera cayó profundamente dormida. Ya serian las 11 y Snape decidió que no pasaría nada porque Kera durmiese otra noche en sus aposentos.

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