miércoles, 28 de mayo de 2008

Conociendo al Lord

Kera se sintió un poco mareada, pues no la gustaba nada aparecerse, y aun habiendo aprobado el examen de apariciones, nunca antes se había aparecido.
Severus la tomo de la mano y la dirigió hasta una enorme y lúgubre mansión, caminaron por la casa hasta que llegaron a una habitación que parecía ser la más grande de la casa.
- Ahora no hables y no te separes de mí. Dijo serio echando su brazo sobre los hombros de la niña.
Juntos entraron, Kera ando con la cabeza agachada.
- Mi señor, ¿me había llamado? Dijo Snape reverenciando con la cabeza.
- Severus, mi querido Severus. Dijo una voz siseante, Kera no se atrevió a levantar la cabeza. – ¿Quién es esa chica?
- Mi mujer. Dijo balanceando a Kera para que reaccionase.
- ¿Cómo te llamas preciosa? Pregunto la voz siseante y Kera elevo la cabeza.
Miro al hombre y se sorprendió, era un hombre de tez muy pálida, con unos ojos rojos muy poderosos y en vez de nariz tenía dos rendijas.
- Me llamo Kera Dubronik, señor. Dijo e hizo una reverencia.
- Es muy hermosa Severus. Dijo el hombre con una media sonrisa que más parecía una mueca. – Señorita, necesito hablar con Severus, ¿nos permite hablar en privado?
- Kera, espera en el pasillo, y no te muevas de ahí. La chica afirmo con la cabeza y salió al pasillo.
Se apoyo contra la pared y echo la cabeza hacia atrás, respirando profundamente, se envolvió completamente en la capa de Snape pues en esa casa hacia mucho frio. Estaba nerviosa y asustada, realmente no había sido buena idea pedirle a Severus que la trajera con él.
Kera cerró los ojos y comenzó a pensar en todo lo que había ocurrido, de repente noto la presencia de alguien cerca suyo, abrió los ojos y saco su varita, sin darse cuenta se encontró retenida contra la pared y además alguien la había tapado la boca, cuando sus ojos se acostumbraron vio a la persona que la retenía.
- ¡Lucius! Pensó la chica. – Mierda, esto no puede ir peor.
- ¿Qué haces aquí? Dijo Lucius besándola en el cuello y acercando su cuerpo al de ella.
- ¡¡SEVERUS!! Grito Kera y de la puerta salieron Severus y el Señor Tenebroso.
- Lucius apártate de ella. Dijo el Señor Tenebroso amenazándole con la varita.
Kera se aparto de Malfoy y se acerco al Señor Tenebroso, el cual había alargado su mano invitándola a acercarse a él. El Señor Tenebroso la abrazo contra su pecho agarrando con fuerza la cabeza de la chica contra su pecho.
- ¡CRUCIO! Grito el hombre y Lucius comenzó a gritar.
Kera intento mirar que es lo que había pasado, pero el hombre apretaba la cabeza de esta cada vez que ella se movía.
- Severus, llévatelo de aquí, yo me encargo de la chica.
Severus elevo el cuerpo de Lucius y camino por el pasillo fundiéndose entre las sombras, El hombre acompaño a Kera hasta la habitación donde se habían conocido y la invito a sentarse en un hermoso sillón de cuero verde oscuro y negro.
- ¿Te encuentras bien? La niña asintió aun asustada. – Antes no me he presentado, puedes llamarme Voldemort, aunque nadie lo hace.
- Lo sé, señor. Voldemort la miro extrañado.
Durante un rato ambos se quedaron callados y mirándose vergonzosamente el uno al otro.
- ¿Sabias qué podrías pasar por una Malfoy tranquilamente? Dijo Voldemort acercándose a la chica y tocándola el cabello. – Si no fuera por tus ojos habría pensado que eras una Malfoy.
- Lo sé señor, cuando fue la celebración de bienvenida en Hogwarts todos los alumnos susurraron el apellido Malfoy. Dijo la chica tímidamente.
- ¿No te gustaría unirte a los mortífagos? Serias una perfecta aliada. Dijo mirándola fijamente. – ¿Sabes el significado de tus ojos? La niña hizo una mueca de incomprensión. – Muy pocos magos tienen los ojos de colores diferente, solo aquellos muy poderosos heredan los colores increíbles en los ojos. La chica seguía mirando perpleja. – Así sin más, mis ojos rojos indican mi poder, y los tuyos una larga extirpe de magos de pura raza y poder.
- Nunca nadie me había contado esa historia. Dijo palpándose los parpados.
De repente la puerta se abrió y Severus entro, se quedo mirando la escena de ambos hablando y por un momento no entendió lo que pasaba, lo único que pensó fue que su señor también se había encaprichado de ella.
- Severus. Dijo el Lord alegremente. – Comentaba a Kera el significado de sus ojos, y la invitaba a unirse a nosotros, pero aun no ha contestado.
Severus miro sin dar crédito a las palabras de su señor a Kera, esta se sonrojo y agacho la cabeza.
- Venga Severus no intimides tanto a la pobre muchacha. Comento el Lord. – Bueno creo que va siendo hora de que volváis a Hogwarts, ya terminaremos de hablar Severus. Dijo despidiéndose se la chica. – Espero volver a verte Kera.
- Igualmente, y mucho gusto. Dijo cogiendo la mano de Severus.
- Cuando me necesite señor, llámeme. Dijo Snape mirando a Kera.
- Lo hare, cuida de Kera.

La pareja salió de la casa y se alejaron para desaparecerse y regresar a Hogwarts, durante el camino ninguno hablo, la niña abrazo con fuerza a Snape y se fueron de nuevo al colegio.

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