Y por fin amaneció en Hogwarts, mientras que los dos amantes dormían abrazados entre las sabanas, fuera Cleo y Yuma gritaban tirándose bolas de nieve.
Dumbledore también había salido a los jardines con las dos chicas y había conseguido estrellar dos bolas de nieve hechizadas contra ellas.
- Eso no se vale. Dijo Yuma con nieve aun sobre la cara.
- ¿Y porque no vale jovencita?
Cleo se reía a carcajadas, sus padres que paseaban con McGonagall y Sprout miraban de reojo al director dibujando extrañas muecas al verlo divertirse con las muchachas.
- Pues como le decía Minerva, comienzo a dudar que el profesor Snape sea el adecuado para cuidar de mi hija, ya escucho los gritos y vio como llego, parecía ni acordarse de que nosotros llegábamos. Y hablando de esto, ¿dónde está el profesor Snape? Comento el padre de Kera disgustado por los gritos de la noche anterior.
- Señores Dubronik, les dire que el profesor Snape no es santo de mi devoción, pero aunque parezca un hombre brusco, cuando realmente ama a alguien lo ama hasta la muerte. Y atendiendo a su pregunta, supongo que se hallará en su despacho, es un hombre que pasa mucho tiempo pendiente de su trabajo.
- Papa, confía en Severus, yo entiendo que le pasa a mi hermana, está sometida a mucha presión y el profesor también, aunque él se niegue a reconocerlo.
- Cleo tiene razón, señores, conozco a Severus desde hace mucho y sé que realmente está enamorado de Kera, pero aun así cierto es que es un hombre demasiado agresivo, aun así creo que Kera será capaz de ablandar su corazón.
Mientras tanto en los aposentos de Snape, Kera bostezaba ampliamente estirándose abrazada al cuerpo de Sev, viendo que este no se despertaba la niña corrió a la mesa de estudio y saco una de las plumas para hacerle cosquillas a Severus.
Alguien se apareció en los aposentos de Snape mientras este peleaba bajo Kera intentando quitarle la pluma.
- Ya vale Kera, al final estornudare o me meterás la pluma en el ojo.
- Ejem que bonita imagen. Dijo una voz de fondo.
Severus agarro de la cintura a Kera y la aparto de encima suyo esta al ver al invitado se agarro al brazo de Severus con fuerza mientras que se tapaba con las sabanas.
- ¿Se puede saber a qué has venido Lucius?
- Ha deleitarme de tan maravillosas vistas. Dijo mirando la cara asustada de Kera. – No, vine porque el señor tenebroso te requiere, dice que es urgente y que le gustaría que la joven Kera nos acompañase.
- Lamentablemente Kera no podrá ir, y no pongas esa cara Lucius, nada me gustaría más que tener a Kera a mi lado todo el día, pero sus padres han venido a pasar las navidades aquí y no tengo ninguna intención de que ella falte a la cita.
- Bueno es una lástima, aunque me alegra oír que Cleo está aquí.
- Si te acercas a mi hermana te matare.
- ¿Tu y cuantos más?
- Ejem Lucius, yo mismo te matare si osas acercarte a Kera o a alguien de su familia y ahora desaparece y dile al señor tenebroso que esta media noche iré a la mansión, y que si requiere de mi me mande un elfo.
- Pues que paséis un buen día tortolitos. Por cierto Kera bonitas piernas y bonitos glúteos. Dijo con una sonrisa sádica Lucius mientras se desaparecía.
Kera mientras tanto había enrojecido de tal manera que sus mofletes parecían las bolas de fuego incandescentes.
- No te pongas así mujer, si en el fondo tengo que reconocer que tiene razón. Bueno vistámonos y vayamos al gran comedor que seguro que nos están esperando.
Kera y Severus se vistieron, y quedaron en ir por separado, el primero en reunirse en el gran salón fue Severus bajo la mirada del padre de Kera, se sentó en su sitio en silencio sin mirar detenidamente a nadie.
- Buenas tardes Severus. Dijo Dumbledore con una sonrisa picara. - ¿Sabes donde está la señorita Dubronik?
- No, no sé donde esta, he estado todo el rato en mis aposentos y en el despacho haciendo el plan del siguiente trimestre. Severus alzo la mirada cruzándola con Cleo la cual hizo un guiño discreto. – Miren ahí está.
Kera apareció por la puerta aun con cierto rosado en las mejillas.
- Perdón por el retraso, me encontraba muy cansada. Kera tomo su asiento junto a Severus. – Mis disculpas por el escándalo de anoche, fue culpa mía, solo pensé en mis problemas y no pensé en los problemas que podía causar a Severus.
- Bueno si es así, yo también debo disculparme porque la tome con Severus al ver que no estabas y al enterarme de tu estado. Dijo Christoffer avergonzado.
- Pues bueno ahora que está todo solucionado comamos y disfrutemos del día. Por la tarde podríamos ir a Hogsmeade, bueno todos los que no tengan que hacer plan de estudios.
Todos se rieron menos claro esta Snape el cual soltó un bufido de disconformidad, al que siguió con un susurro: - Yo también ire viejo chalado.
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