Kera lloriqueaba sentada en la cama de Snape con las rodillas contra el pecho abrazando las cartas, esta tan absorta que no se dio cuenta de que Snape había entrado en el dormitorio.
- ¿Kera, Kera que pasa, te has hecho daño? Severus corrió hasta la cama y abrazo a la niña la cual lloro contra su pecho abrazándolo.
- No, no me ha pasado nada, solo que me ha hecho mucha ilusión leer las cartas y la aprobación de mi padre.
- Mujer no llores así, casi me muero pensando que te había pasado algo.
Severus abrazo a Kera con cariño y la acaricio el cabello entremezclando sus dedos y jugueteando con el pelo de la niña que por fin se calmo.
Ambos se miraron a los ojos y se besaron con ternura, Kera sintió en ese beso una gran cantidad de amor.
La noche de Halloween llena de pasión volvió a repetirse aquella noche, el reloj de pie de la habitación de Snape marcaba las horas en punto pero ellos seguían dándose amor y cariño. A las cinco de la madrugada Kera se comenzaba a quedar dormida de puro agotamiento.
- Creo que debemos descansar Kera, se te están cerrando los ojos. Dijo Severus besando la nariz de Kera.
La joven asintió y se acurruco en el pecho de Snape quedándose dormida al instante.
A la mañana siguiente ambos se quedaron hasta tarde durmiendo, el reloj de pie marco las doce y Severus consiguió desperezarse y despertar a Kera.
Se levantaron y tras vestirse bajaron al gran comedor.
Allí estaban Yuma y los demás profesores charlando amenamente sobre cosas sin importancia con mucha tranquilidad.
Se sentaron con ellos y esperaron a que los elfos trajeran la comida.
Kera que aun tenía sueño cabeceaba mientras comida, y en alguna ocasión estampo el tenedor en su cara en vez de llevarse la comida a la boca.
Yuma y los demás se reian a carcajadas de ella que gruñía y protestaba porque tenía sueño.
- Kera pareces una niña. Dijo Yuma limpiándole la comida que se había quedado pegada en su cara.
La joven miro a su compañera y la saco la lengua, pero Yuma no satisfecha con hacer rabiar a Kera la pellizco en la lengua y Kera se llevo las manos a la boca y comenzó a llorar sonoramente.
Los profesores se taparon los oídos y Severus comenzó a reñir a las dos niñas.
- Yuma, ya deja de molestar a Kera, y tu Kera deja de llorar como una cría que ya eres mayor.
Kera miro a Severus con los ojos llenos de lágrimas y salió corriendo del comedor.
El resto del profesorado se cayó de golpe y Albus intervino.
- Severus creo que fuiste demasiado brusco con Kera. Además que ella este así no es más que culpa tuya, si al menos la dejaras dormir ella no estaría agotada y susceptible.
- A ti no te importa lo que yo haga o deje de hacer, además ella debe madurar y no se la puede estar malcriando, ese es mi error que la mimo demasiado.
De nuevo el silencio se apodero del salón, los profesores comenzaron a comer en silencio, nadie se atrevía a mirar a Snape, ni a mirarse los unos a los otros.
Tras la incómoda comida, todos se fueron, algunos a la biblioteca, otros a sus dormitorios, Yuma bajo tras Severus a la sala común de Slytherin sin dirigirle la palabra, ni el mismo dijo nada mientras caminaban prácticamente en paralelo.
Severus se despidió de la alumna con un gruñido y desapareció tras la puerta de su despacho, Yuma prosiguió su camino hasta la sala común de los Slytherin y entro sintiéndose la reina del lugar, se tiro de golpe sobre uno de los sofás negros y suspiro de felicidad.
Tras unos segundos de silencio comenzó a escuchar un lloriqueo, y sin duda era el de Kera pues era la única que estaba en el colegio con ella.
Yuma busco bajo las mesas hasta que la encontró acurrucada bajo una lloriqueando.
- Kera, ¿Qué te pasa? Por mucho sueño que tengas nunca lloras. Kera agacho la cabeza colocándola entre las rodillas. – Venga mujer, ¿Qué ha podido pasar para que estés tan sensible?
- Solo pasa que Snape es un insensible, ni se preocupa en saber cómo me siento, ni saber qué es lo que siento. Decia entre llantos.
- ¿Ha ocurrido algo grave? Yuma malinterpretaba las palabras de Kera y asustada se sentó bajo la mesa con Kera abrazándola.
- No, solo que mis padres llegan hoy, y por mucho que hayan aceptado, no sé si en realidad es cierto que aceptan o no. Y Severus solo piensa en molestarme y gruñirme.
- Bueno mujer ya será para menos, mira, vámonos a Hogsmeade tus padres no llegan hasta la noche, vamos a las tres escobas y emborrachémonos.
Kera esbozo una sonrisa y abrazo a Yuma.
- Tienes razón, vamos a las tres escobas a divertirnos.
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